"¿Cómo está usted? Francisca", le pregunto cuando entro en la habitación. Hace apenas 3 horas estaba en el quirófano y el Dr. Manuel Vides acababa de realizarle una artroscopia de hombro.
Me contesta: “Mejor, pero me duele un poco, aunque ya me dijo el doctor… que es normal” concluye.
Teniendo en cuenta que tenía una rotura tendinosa del manguito rotador en el hombre, el jefe del servicio de cirugía ortopédica de Hospiten Estepona le aconsejó realizarse una artroscopia de hombro, porque la paciente de 60 años llevaba años sufriendo dolor constante e intenso del hombro derecho varios años.
La inflamación es una de las reacciones normales del cuerpo a una lesión y si la acompaña rigidez, hace que el día a día sea doloroso y difícil. “Por eso lo más recomendable es operar”, asegura el doctor, quien a través de los años de experiencia ha llegado a dominar esta técnica con precisión de maestro. El hombro es una articulación compleja que es capaz de realizar más movimientos que cualquier otra articulación del cuerpo
La misma palabra dice lo que en realidad es el proceso; Artroscopia significa “mirar por una cámara” y no creo que haya forma más gráfica de definirlo.
Durante la intervención el cirujano ayudado de un suero salino que dilata el hombro de la paciente, introduce una cámara y realiza todas las acciones necesarias para dejar el hombro en buenas condiciones, es decir, el cirujanos puede hacer la reparación del manguito de los rotadores, eliminar el exceso de hueso o reparar los ligamentos; o tal vez sea necesario eliminar el tejido inflamado o cartílago suelto que hay en la zona.. Una vez realizada la técnica necesaria se acaba la intervención poniendo con un vendaje compresivo grande pero suave en esa zona al paciente.
El postoperatorio se basa sobre todo en la rehabilitación ya que es importante conseguir que la paciente pueda volver a sus actividades diarias. “Un programa de ejercicios ayudará a recuperar la fuerza del hombro y el movimiento” asegura el doctor.
La intervención duró 2 horas y una vez reanimada la paciente Francisca me dijo:” No estoy mal, confío en las manos del Dr. Vides” y es que al final las manos de nuestros doctores, médicos, enfermeras son las que nos vuelven a la vida.
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