La estabilidad de la rodilla requiere del funcionamiento adecuado de cuatro ligamentos o estabilizadores primarios: Ligamento cruzado anterior (LCA), cruzado posterior (LCP), colateral medial (LCM) y colateral lateral (LCL}, así como de otros estabilizadores secundarios de rodilla.
Las lesiones ligamentarias de esta articulación ocurren frecuentemente durante actividades atléticas de contacto o sin contacto, siendo el ligamento cruzado anterior el más frecuentemente afectado; en Estados Unidos se estima que ocurren 80.000 lesiones por año, lo cual se traduce en un alto número de intervenciones.
Para la reconstrucción del LCA y LCP se han descrito muchas técnicas quirúrgicas donde se emplean varios tipos de injertos y fijaciones, tanto a nivel tibial como femoral.
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