Alrededor del 30% de la población española inicia o retoma hábitos alimenticios más saludables después de las vacaciones de verano. Durante la época estival, las rutinas diarias suelen cambiar significativamente. Los viajes, las comidas fuera de casa, los excesos o simplemente relajarse a la hora de mantener hábitos alimentarios óptimos, contribuyen a un mayor consumo de alimentos ricos en calorías y menos nutritivos. Además, la ingesta de alcohol y el descenso de la actividad física durante este periodo pueden favorecer el aumento de peso.
Diversos estudios y encuestas han demostrado que los periodos vacacionales -especialmente en verano- están asociados con un incremento de peso en la población. Este aumento de peso no siempre se revierte fácilmente al regresar a la rutina habitual, lo que puede contribuir a un aumento gradual del sobrepeso y la obesidad a lo largo del tiempo.
“Retomar hábitos nutricionales saludables no tiene que ser un desafío”, señala Lucía Visiedo, nutricionista clínica en Hospiten Estepona y el Centro de Especialidades Médicas Hospiten en Algeciras, quien añade que “con pequeños cambios y un enfoque gradual, es posible volver a disfrutar de una alimentación equilibrada y un bienestar general”.
Como nutricionista, con un amplio bagaje en el abordaje de pacientes hospitalizados y ambulatorios, en procesos oncológicos, obesidad bariátrica, problemas digestivos (intolerancias alimentarias, enfermedad inflamatoria intestinal, diverticulitis, pancreatitis…), disfagia o cirugías mayores, Lucía Visiedo recomienda recuperar el patrón de tres ingestas principales al día para ayudar a estabilizar el metabolismo y controlar mejor el apetito. “Establecer un horario fijo para las comidas puede prevenir el picoteo y el consumo de alimentos poco saludables”, apunta Visiedo.
Asimismo, es fundamental aumentar la ingesta de agua, al menos 8 vasos al día para ayudar a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo, mejorar la digestión y optimizar las funciones corporales. “El calor del verano y la mayor exposición al sol pueden haber causado una ligera deshidratación, por eso la importancia de hidratarse adecuadamente”, señala la nutricionista clínica.
Naturalmente que en el proceso de volver a la rutina y reestablecer hábitos saludables de alimentación, el aumento de consumo de frutas y verduras y la reducción del consumo de alimentos Ultra-Procesados son esenciales. Las frutas y verduras frescas deben ser las protagonistas de la dieta diaria porque aportan vitaminas, minerales y fibra, esenciales para la salud. En relación con aquellos productos Ultra-Procesados, éstos son ricos en azúcares, grasas saturadas y sodio que pueden afectar negativamente en la salud.
Una de las claves en esa vuelta a la cotidianidad alimenticia es revisar las porciones porque probablemente hayan aumentado por el exceso calórico. Un plato balanceado debe incluir una porción adecuada de proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables. Para ello es esencial planificar las comidas con antelación porque ayudará a mantener una dieta equilibrada, saludable, que incluya una variedad de alimentos ricos en nutrientes.
Por supuesto que la actividad física es primordial si se ha abandonado el ejercicio físico durante el verano y, lo recomendable, es comenzar con ejercicios moderados e ir aumentado la intensidad gradualmente para volver al nivel fitness antes del verano.
Con el simple hecho de retomar la rutina, con comidas sanas y saliendo menos a comer fuera de casa, ejercicio físico y moderar el consumo de alimentos, irá desapareciendo ese incremento de peso. Si no es así, es recomendable acudir a un dietista nutricionista que oriente para volver al peso habitual, adquiriendo hábitos alimenticios saludables para todo el año.