La alteración de la microbiota intestinal, conocida como disbiosis, puede controlarse cambiando hábitos alimenticios y de estilo de vida
Mediante un estudio sencillo de las heces, Hospiten detecta esta afección en sus pacientes
Santa Cruz de Tenerife, 7 de noviembre de 2019.
La microbiota intestinal (anteriormente llamada flora intestinal) es el conjunto de microorganismos que habita en nuestro intestino, estableciendo una relación de simbiosis con nuestro organismo. Según la especialista en Aparato Digestivo de Hospiten, la doctora Carmen Dorta, cuando se encuentra alterada, se produce una afección conocida como disbiosis.
Para detectar estas alteraciones, Hospiten cuenta con un test específico en el que, a partir de una muestra de heces, se determina la cantidad y calidad de microorganismos beneficiosos de la microbiota intestinal de sus pacientes, así como sus patógenos. Una vez realizado, el paciente recibe un informe detallado del estado de su microbiota y una guía de alimentación y suplementación para mejorar el desequilibrio que pueda existir.
“Una persona adulta cuenta con unos 100 billones de microorganismos diferentes en el tracto gastrointestinal, que pueden ser de entre 500 y 1.000 especies diferentes”, asegura la Dra. Dorta. Además, añade que solo un tercio de la microbiota intestinal es común a la población, mientras que los otros dos tercios son específicos en cada persona. De esta manera, “se podría describir como el carnet de identidad personal, ya que es única a cada individuo”, afirma.
Las principales funciones de la microbiota intestinal son prevenir la colonización por otros microorganismos patógenos, ayudar a digerir los alimentos y producir vitaminas B y K que el organismo no es capaz de sintetizar. Además, influye en el buen funcionamiento del sistema inmune.
Su composición puede permanecer estable durante toda la vida adulta, aunque hay numerosos factores que pueden alterarla originando la disbiosis, como una edad avanzada, estrés, una dieta pobre en frutas y verduras y con gran cantidad de alcohol, grasas saturadas, harinas refinadas, comidas rápidas y proteínas animales en exceso, la toma de fármacos como antibióticos y el consumo crónico de protectores estomacales, anti-inflamatorios, corticoides y quimioterapia.
Relación entre disbiosis intestinal y enfermedades crónicas
La Dra. Dorta añade que existe evidencia científica que demuestra la relación entre la disbiosis y enfermedades crónicas como el síndrome de intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa), diabetes tipo 2, obesidad, alergias, asma, enfermedades autoinmunes y migraña. “Es bien conocida la existencia del eje cerebro-intestino que conecta el sistema nervioso central con la microbiota intestinal a través del nervio vago. Así pues, además de las enfermedades crónicas que clásicamente se han relacionado con alteraciones en la microbiota, también se ha relacionado otras patologías del sistema nervioso central como el autismo, la ansiedad, la depresión y la dependencia alcohólica. De hecho, se ha demostrado que los niños con menor diversidad microbiana intestinal presentan una mayor susceptibilidad a sufrir alergias y asma”, asegura la especialista de Hospiten.
Grupo Hospiten es una red sanitaria internacional comprometida con la prestación de un servicio de máxima calidad, con experiencia de 50 años, que cuenta con veinte centros médico-hospitalarios privados en España, República Dominicana, México, Jamaica y Panamá, y más de cien centros médicos ambulatorios, bajo la marca Clinic Assist. Está presidido por el Dr. Pedro Luis Cobiella y atiende anualmente a más de 1.700.000 pacientes de todo el mundo, y cuenta con una plantilla de más de 5.000 personas.