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¿Puedo tener codo de tenista sin haber jugado al tenis?

Publicado el 24-05-2022

La epicondilitis lateral, más conocida como codo de tenista, es la dolencia más común de esta articulación, aunque no hayas tocado una raqueta en toda tu vida. En este post te contamos cómo prevenir su aparición, cómo tratarla si ya la padecemos y cómo cuidarnos para evitar que se vuelva crónica. 

Acudimos a la Dra. Sara Martínez, Especialista en Traumatología Deportiva de Hospiten Estepona y miembro del equipo médico del equipo de España de la Copa Davis, para conocer mejor esta dolencia. 

"La epicondilitis, que se conoce más como codo de tenista, es una patología muy frecuente que vemos en las consultas de traumatología, ya que normalmente se asocia al tenis y la vemos mucho en deportes de raqueta", cuenta. 

"Se trata de una tendinitis en el codo pero que se origina en el grupo de la musculatura extensora de la muñeca. Y realmente sí que se asocia mucho a deportes de raqueta como tenis y pádel pero también en gente que no ha tocado una raqueta en su vida", añade la doctora. Y es que la epicondilitis se da muy frecuentemente, por ejemplo, en personal de oficina y personas que usan mucho el ordenador. De hecho, una mala ergonomía en el uso del ratón suele ser una de las causas más frecuentes de esta tendinitis, sobre todo si se pasan muchas horas en la misma postura.

 

¿Qué síntomas tiene el codo de tenista?

El primero de los síntomas asociados a la epicondilitis, y el más importante, es un dolor en el codo que empieza a molestar en el día a día, hasta en el simple hecho de abrir una puerta o beberse un café. "Cualquier gesto que implique el codo puede producir el dolor, y eso se convierte en un problema muy incómodo que nos hace darnos cuenta de cuánto uso se da al codo. Incluso, cuando la tendinitis está más evolucionada, mucha gente comienza a sentir dolores por la noche que le despierta del sueño", afirma la Dra. Martínez. 

 

La rehabilitación, el mejor tratamiento 

Para tratar el codo de tenista, es raro tener que pasar por el quirófano, aunque se puede dar el caso. La mayoría de los casos, basta con una buena rehabilitación y con la mejora de la postura y la ergonomía, aunque esto siempre depende de cada caso y de cada paciente. 

"En los casos en los que con la fisioterapia y la modificación de las posturas que he dicho anteriormente no basta para subsanar el dolor, ya nos planteamos efectuar infiltraciones al paciente", comenta la doctora. 

Dentro de estas infiltraciones encontramos las clásicas de corticoides y las más novedosas que se vienen aplicando en los últimos años: las infiltraciones de plasma rico en plaquetas o PRP. En este tratamiento, de la propia sangre de un paciente, preparada en el laboratorio, se obtiene un concentrado rico en factores plaquetarios que se ha demostrado que tienen un efecto antiinflamatorio y reparador en esa tendinitis muy eficaz. 

 

El tiempo de recuperación: punto, set y partido

Las epicondilitis son, en palabras de la Dra. Martínez "lesiones engorrosas, con las que el paciente puede estar semanas o incluso meses, porque ese dolor se puede cronificar, y no es sencillo curarla en poco tiempo". 

A veces, la recuperación de esta dolencia puede ser cuestión de meses. "Lo bueno es que contamos con grandes profesionales de la fisioterapia en la Costa del Sol con máquinas y técnicas novedosas que nos ayudan mucho en nuestro trabajo en este tipo de patologías" afirma la Dra. Martínez.

Para los casos más graves de pacientes que han probado de todo y continúan con el dolor, la cirugía es una opción, aunque bastante infrecuente. 

 

Dra. Sara Martínez

Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología