Es cierto que el nacimiento del bebé es un momento mágico, único e irrepetible para la mujer, pero parece que un halo de fracaso lo rodea si este no ha sido por vía vaginal y sin epidural, tal y como se había imaginado. Y cada madre es perfecta para su bebé, y el uso de analgesia para aliviar el dolor en el momento adecuado, por ejemplo, no cambiará eso.
Oxitocina, inducción, episiotomía, una ventosa, una cesárea… ¿Significan el fin de un parto ideal?
Cuando se recurre a estas ayudas es porque son necesarias y/o porque pueden descender la morbimortalidad materno-fetal y proporcionar confort materno. La medicina avanza y, al final, tiene beneficios hacer uso de ella porque lo importante es que la mamá y su bebé estén bien y puedan volver a casa juntos. Así que, no es un fracaso el uso de estas ayudas, sino que han contribuido a lograr un parto perfecto.
Un parto Lotus es aquel en el que el cordón umbilical y la placenta permanecen intactos y conectados al bebé tras su nacimiento. Consiste en no cortar el cordón umbilical inmediatamente después del nacimiento, de modo que el recién nacido queda unido a la placenta, a través del cordón umbilical.
Aunque esa es la definición teórica, en la realidad los ginecólogos lo cortamos tras el nacimiento, ya que dejarlo está asociado con un riesgo de infección. Aunque la belleza de ese momento es innegable, hay que tener muy presente que se realiza siempre y cuando sea posible y no comprometa el bienestar materno fetal.
Dr. Vigmar Iriarte. Ginecólogo del Hospital Universitario Hospiten Rambla.