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El trastorno obsesivo compulsivo y la importancia de trabajar la ansiedad para su tratamiento

Publicado el 03-08-2023

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se caracteriza por una alteración vinculada a los trastornos de ansiedad y por lo tanto, algunos de sus síntomas serían el temor, la angustia y el estrés, experimentados de forma continuada y afectando negativamente a la calidad de vida en prácticamente todos los ámbitos de la persona que lo desarrolle.

 

¿Cuáles son los síntomas del TOC?

Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo pueden agruparse en tres grandes grupos:

1.- Obsesión. Puede manifestarse como un pensamiento, imagen o impulso que se caracteriza por ser invasivo, recurrente, no cede a razonamiento, de carácter negativo, poco probable pero no imposible y se formula de la siguiente forma: “y si...”

2.- Esta obsesión genera altos niveles de ansiedad, puesto que a nadie le gusta experimentar un pensamiento negativo, que no para de aparecer en nuestra mente una y otra vez y que por más que intentemos que desaparezca, sigue y sigue apareciendo, convirtiéndose en un auténtico calvario para la persona.

3.- Compulsión o ritual, que es una respuesta cognitiva (algo que pensamos) o conductual (algo que hacemos) que realiza la persona para disminuir sus altos niveles de ansiedad generados por la obsesión, de forma estricta, como si fueran reglas a cumplir.

 

¿Existen diferentes tipos de TOC?

Se pueden identificar dos tipos de TOC, que se diferencian según las compulsiones o rituales que se lleven a cabo para disminuir la ansiedad de la que hablábamos antes. A continuación, un ejemplo para entenderlo mejor:

1.- Compulsiones o rituales manifiestos.

Imagina a un hombre de aproximadamente treinta años de edad al que cada vez que sale de su casa le atormentan pensamientos como "¿y si no he cerrado con llave la puerta de la casa cuando he salido?” o "¿y si me he dejado la puerta abierta de par en par?”.  Experimentar estos pensamientos le generaría mucha ansiedad y para disminuir los altos niveles de ansiedad volvería a casa para comprobar que no se ha dejado la puerta abierta, porque así se sentiría más tranquilo. Sin embargo, no debemos confundir a la persona que presenta TOC con la persona que en algún momento pueda tener la duda de si ha cerrado correctamente la puerta de su casa (a todos nos ha pasado alguna vez). Mientras la primera lo comprueba 15 veces, a la segunda con una vez le es suficiente. Si pudiéramos observar la conducta de este hombre por una ventanita, podríamos ver cómo comprueba una y otra vez  si la puerta está cerrada. A este acto conductual lo denominamos manifiesto por esa razón, porque podemos observarlo con nuestros propios ojos. 

 

2.- Compulsiones o rituales encubiertos. 

Imagina a una mujer de cincuenta años a la que le invaden pensamientos como "¿y si ocurre una gran desgracia en la familia?” o “¿y si mi hijo tiene un accidente de coche en estos días y fallece?”. Estos pensamientos le generarían mucha ansiedad y para disminuir los altos niveles de ansiedad rezaría una y otra vez, pediría por sus seres queridos, repasaría mentalmente la situación de cada uno de sus familiares para comprobar que actualmente no tienen problemas de ningún tipo y están bien.  Así podría pasarse horas y horas... Si pudiéramos observar la conducta de esta mujer por la ventanita que hemos mencionado en el ejemplo anterior, no podríamos ver cómo reza mentalmente o realiza otros actos cognitivos, de modo que a este acto mental lo denominamos encubierto. 

 

Ciclo del TOC

Para entender mejor este problema, en esta ilustración queda reflejado cómo es la estructura circular del TOC que hemos explicado anteriormente.  La clave está en que todos los comportamientos, ya sean conductuales o mentales (compulsión), generan un alivio a corto plazo de los altos niveles de ansiedad que la persona siente generado por el miedo a las obsesiones.

Sin embargo, a largo plazo la compulsión refuerza estas obsesiones, agravándose más el TOC. Recuerda que por más que la persona realice ciertos comportamientos para calmarse, como hemos mencionado anteriormente, vuelven a aparecer una y otra vez los pensamientos, imágenes o impulsos que no quiere tener en su mente y que le llenan de angustia.

 

¿Cuál sería el tratamiento recomendado?

En primer lugar, es importante que la persona que experimente este problema sepa qué le ocurre. Por lo tanto, es fundamental que conozca todo lo que se ha comentado anteriormente a través de una buena psicoeducación impartida por el profesional.

Posteriormente, se trabajará cómo resolver este problema. Existen diferentes técnicas psicológicas, pero una de las más utilizadas es la Técnica de Exposición con Prevención de Respuesta (EPR).  El objetivo de esta técnica es habituar al paciente a que se exponga a sus pensamientos, imágenes o impulsos (obsesiones) que le generan malestar y altos niveles de ansiedad, sin que realice ningún tipo de acto mental o conductual (compulsión) para disminuir su ansiedad.

Como se ha mencionado anteriormente, el TOC está muy vinculado a los trastornos de ansiedad. ¿Y cómo se trabaja la ansiedad? Con exposición.

Por lo tanto, se trabajará de la misma forma el TOC, siendo importante que el paciente se comprometa a exponerse al malestar y no evitarlo de ninguna forma. Debe confiar en que llegará un momento donde la ansiedad disminuirá tras habituarse a aquellos pensamientos que no quiere pensar y por lo tanto, el resto de sintomatología también se reducirá.

 

¿Y el tratamiento farmacológico?

Existen diferentes tipos de tratamientos para el TOC y el farmacológico también es necesario en ciertos casos. Esto dependerá del deterioro que presente el paciente y es fundamental una buena evaluación clínica. Por lo tanto, si el caso lo requiere es aconsejable trabajar con psiquiatría de forma interdisciplinar.

 

Carolina Aguilar Maza, Psicóloga Clínica del Centro de Especialidades Médicas Hospiten en Algeciras