La vacunación es eficaz especialmente si no se ha producido la infección y, esto solo puede asegurarse cuando aún no se han iniciado las relaciones sexuales. Por esta razón, son los preadolescentes y adolescentes los que se beneficiarán de los efectos preventivos de la vacuna.
La asociación de pediatras recomienda esta vacunación a todas las chicas y chicos adolescentes, preferentemente a los 12 años, para conseguir así la protección frente a este virus relacionado con diferentes tipos de cáncer.
Una persona que se haya infectado por los tipos de VPH que contienen las vacunas no responderá a la vacunación, pero, en caso de infección por solo alguno de ellos o ante reinfecciones, sí estará protegido.
Respecto al cáncer de útero, el papel de los varones es el de transmisores del virus, aunque también se producen cánceres genitales en los hombres provocados por el VPH. Una situación cada vez más frecuente.
La mayor parte de los tumores malignos de garganta son causados por estos virus y afectan más a los hombres que a las mujeres. Las verrugas genitales, mucho más comunes, las pueden padecer también ambos sexos.
Los varones que tienen relaciones sexuales con otros hombres son un grupo de especial riesgo, tanto por la enfermedad como por los tumores secundarios. Por ello, algunas comunidades autónomas tienen programas específicos para su vacunación.
En España existen en la actualidad 3 vacunas frente al papilomavirus:
- Vacuna bivalente (Cervarix®): contiene papilomavirus 16 y 18.
- Vacuna polivalente (Gardasil®): contiene papilomavirus 16, 18 y también 6, 11, estos últimos son los que con mayor frecuencia causan las verrugas genitales (condilomas).
- Vacuna polivalente (Gardasil 9®): contiene papilomavirus 6,11,16, 18,31,33,45,52 y 58.
Todas protegen contra los dos tipos de papilomavirus que con mayor frecuencia (70-80·%) son causantes del cáncer, pero Gardasil 9 amplía esta protección al incluir nuevos tipos virales, llegando, al menos, a un 90·% de cobertura. Protege, además, contra la infección por los papilomavirus que causan las verrugas genitales benignas. Las vacunas no sirven como tratamiento de las lesiones precancerosas provocadas por el virus.
Se trata de una vacuna inyectable que se pone habitualmente en el brazo. Está incluida en los calendarios de vacunación de todas las comunidades autónomas españolas, pero solo para las chicas, administrándose alrededor de los 12 años. También se puede administrar de los 9 años en adelante. La pauta completa consta de 2 o 3 dosis, según la edad de inicio, y se finaliza en 6 meses. Como las demás vacunas, si se administra, debe anotarse en la cartilla personal de vacunaciones.
Los efectos secundarios de la vacunación frente al papilomavirus suelen ser leves, como dolor o enrojecimiento en la zona de la inyección. En alguna ocasión puede presentarse fiebre y, en estos casos, se administrará paracetamol o ibuprofeno. Son muy raras las reacciones graves.
La vacuna del VPH está contraindicada cuando se haya producido previamente una reacción alérgica grave con una dosis anterior de vacuna, si se padece una enfermedad importante o aguda que curse con fiebre alta. Ante una enfermedad común leve no se debe retrasar la vacunación. No se recomienda vacunar a los menores de 9 años ni a las embarazadas.
Si se ha olvidado una dosis de la vacuna se deberá poner la dosis o las dosis que falten, sin necesidad de comenzar la pauta de vacunación y, solo completando el número total de dosis.
Uno de los “riesgos” más temidos de la vacunación es que traiga consigo una disminución en el seguimiento de los controles preventivos, mediante citologías vaginales, en la vida adulta de la mujer. Algo que es erróneo.
Asimismo, continuará siendo preciso y, por lo tanto, recomendable, seguir manteniendo las medidas de protección adecuadas para evitar el contagio de otras infecciones de transmisión sexual y los embarazos no deseados.
Dr. Federico Gentile. Pediatra del Hospital Universitario Hospiten Rambla.