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Rotura de menisco: diagnóstico y tratamiento

Posted on 08-09-2022

Los meniscos son unas estructuras fibrocartilaginosas que se encuentran en la rodilla, con la función de amortiguar las cargas en la rodilla, aumentar la congruencia articular y dar estabilidad. Su consistencia es similar al caucho y protege a los huesos del desgaste.

En la rodilla tenemos dos meniscos, uno es el interno que tiene forma de C y el otro es el menisco externo que tiene una forma más cerrada.

La rotura de menisco es de las lesiones más frecuentes en traumatología. 

En el deportista esta rotura suele producirse por un giro con la rodilla en flexión. Frecuentemente, la persona afectada escucha un crujido y, luego, suele aparecer un derrame articular. Si el menisco roto se desplaza puede llegar a bloquear el movimiento de la rodilla.

Con el paso de los años el menisco va perdiendo dureza y se va degenerando. A partir de la mediana edad, un gesto simple como agacharse puede producir una rotura. A medida que va aumentando el desgaste natural del menisco es frecuente tener una rotura meniscal sin ningún dolor y que se diagnostica, de forma casual, en una resonancia magnética.

Para diagnosticar una rotura meniscal nos basamos en la historia del paciente y la exploración. Si se sospecha una rotura de menisco, lo habitual es solicitar una resonancia magnética y, en ocasiones, una radiografía para valorar el espacio articular y posibles deformaciones.

Actualmente, en el caso de una rotura se intenta conservar la mayor parte del menisco que sea posible, al tener la función de protegernos de la artrosis.

El tratamiento habitual de una rotura meniscal en el paciente joven y en el deportista es la artroscopia de rodilla. Se introduce una cámara y el instrumental necesario por unas pequeñas incisiones.

Durante la artroscopia de rodilla se explora en su totalidad la articulación y, en el caso de que se observen otras lesiones, se realizará el tratamiento de estas.

Si es posible se sutura el menisco porque se mantiene íntegro y tiene mejores resultados a largo plazo. Si no es suturable se extirpará la menor cantidad posible.

Si la rotura no es de un tamaño considerable o es una rotura degenerativa tiene éxito, en muchas ocasiones, un tratamiento conservador. Este tratamiento consiste en el reposo, a veces siendo necesario el uso de muletas, frío, analgésicos, ejercicios para no perder musculatura y fisioterapia. Si no hay mejoría se valorará la realización de una artroscopia de rodilla.

Es frecuente la asociación de artrosis en la rodilla y las roturas de meniscos. Son casos más complejos. Hay que tener en cuenta varios factores como el grado de artrosis, edad, etc. y, en muchas ocasiones, requieren de la combinación de varios tratamientos. El control del peso y el aumento de la musculatura es un primer paso.

El especialista valorará si la artroscopia de rodilla puede tener alguna indicación y si puede ayudar realizar tratamientos como las infiltraciones de Ácido Hialurónico y/o Plasma Rico en Plaquetas.

 

Dr. Antonio Hernández Lecuona. Jefe del Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Universitario Hospiten Rambla.