El hombro es la articulación con mayor rango de movimiento del organismo.
Las luxaciones generalmente postraumáticas o tras posiciones forzadas, bien accidentales o durante la práctica de ciertos deportes, son frecuentes en nuestro medio.
El desarrollo vertiginoso de la cirugía artroscópica del hombro, permite restaurar la anatomía original de la articulación, devolviéndole así la estabilidad necesaria para la reincorporación a las actividades laborales y deportivas.
Las luxaciones del hombro producen muy frecuentemente el arrancamiento o "avulsión" del labrum causando así lo que denominamos una "inestabilidad glenohumeral".
El labrum es una estructura fibrocartilaginosa que rodea la cara glenoidea de la articulación aumentando su superficie articular y conectando las estructuras capsuloligamentosas provenientes de la cabeza del húmero, asegurando así la estabilidad pasiva.
Generalmente, la cirugía artroscópica consiste en la reinserción del labrum y reparación de la cápsula articular utilizando microimplantes con suturas incorporadas de alta resistencia.
A veces, bien por la naturaleza del traumatismo, el tiempo de evolución o por una actividad física exigente, la técnica quirúrgica consiste en trasponer a la glena un injerto óseo que obtenemos de la apófisis coracoides del propio paciente, junto con los tendones que se insertan en ella para reparar el defecto oseo y reforzar la cápsula anteroinferior.
Actualmente, las diversas técnicas quirúrgicas practicadas en la inestabilidad del hombro, están demostrando ser muy eficaces, permitiendo en la mayoría de los casos una vida deportiva y laboral prácticamente normal.
Además, el abordaje artroscópico facilita la precisión de la cirugía, minimiza el dolor postoperatorio y disminuye los tiempos de recuperación.