El Pectus Excavatum es una patología consistente en el hundimiento del tercio inferior del esternón y los cartílagos costales asociados. Incluido dentro de la categoría de alteraciones de la morfología de la caja torácica, es la más frecuente de todas, suponiendo el 90% de los casos. Su incidencia en la población general es baja entre el 1 y 2% y afecta más frecuentemente al sexo masculino.
No se conoce la causa exacta que conduce a la aparición de esta alteración de la morfología de la pared torácica, pero se especula que pueda estar relacionada con el crecimiento de los arcos costales. Se ha observado una agrupación familiar (hasta un 46% de los casos) aunque se desconocen los factores genéticos que puedan verse implicados, sí se ha descrito asociación con otras patologías como la escoliosis o las enfermedades del tejido conectivo.
La principal causa que conduce a la consulta médica es la apariencia física, la alteración de la morfología de la pared torácica y las consecuencias que esto conlleva en la alteración de la conducta de los niños, especialmente durante la época de la adolescencia, cuando las interacciones sociales se pueden ver alteradas por una sensación de “complejo” o “de sentirse diferente”. En ocasiones pueden aparecer otros síntomas como molestias o sensación dolorosa puntual, así como disminución de la capacidad para el ejercicio.
Existen diferentes técnicas para la corrección de esa deformación de la pared torácica, desde la aplicación de dispositivos de vacío y corsets a las diferentes opciones quirúrgicas. Una de las más populares hoy en día es la descrita por Donald Nuss en 1998. Esta técnica consiste en la introducción de una barra preformada por debajo del esternón con la intención de elevarlo. La popularidad de esta técnica respecto a otras radica en la localización menos visible de las cicatrices que, por otro lado, son de menor tamaño que las realizadas en otros procedimientos como, por ejemplo, la técnica de Ravitch (que consiste en la corrección de la deformidad mediante una cirugía abierta).
No hay que perder de vista, sin embargo, que la principal razón que conduce a los pacientes a buscar una solución quirúrgica son las repercusiones cosméticas y psicológicas del pectus excavatum. Tampoco hay que olvidar que estamos tratando con pacientes que, en la mayoría de los casos, no tienen patología asociada siendo “pacientes sanos”. Esto obliga a considerar otras alternativas que ofrezcan una solución adaptada a las necesidades de cada paciente disminuyendo al máximo los riesgos y complicaciones.
Gracias a las nuevas técnicas de reconstrucción de imagen y de impresión 3D ha surgido la posibilidad de diseñar implantes de silicona personalizados de colocación sencilla que permiten una solución al problema planteado por el pectus excavatum.
Dra. Sara de Cabanyes. Cirujano Torácico de Hospiten.