En ocasiones resulta complicado el regreso a la vida laboral cuando estás amamantando. Organizarte y comenzar con los preparativos harán que la transición sea más sencilla para ti y para tu bebé. Con una buena planificación, antes de lo que crees ambos os acostumbrareis a la nueva rutina.
- Apoyarte en tu círculo de confianza (familia, amistades o profesionales) será una gran ayuda. Háblales de tus planes, coméntalos con otras mamás que se hayan visto en las mismas circunstancias. Si no pueden ayudarte con el bebé, quizás puedan hacerlo con las tareas domésticas.
- Antes de incorporarte al trabajo, deja a tu bebé con quien lo vaya a cuidar y que pruebe a irlo alimentando con un biberón de leche materna para ir practicando la nueva rutina.
- Cuídate. Comienza por ahí. Duerme todo lo que puedas y comienza haciendo las cosas estrictamente necesarias. Acuéstate siempre que puedas a la misma hora, a ser posible que te permita dormir lo necesario. Los fines de semana, amamanta con más frecuencia y duerme cuando lo haga tu bebé.
- Dedícate tiempo a ti misma. Si tú no estás bien, no podrás cuidar adecuadamente a tu bebé. Tómate tiempo para relajarte dándote un baño tras acostar al bebé, lee tu libro favorito, escucha música que te relaje… Tu paz y salud mental es fundamental en este proceso de adaptación.
- Si puedes, regresa al trabajo un día a mediados de semana: un miércoles, por ejemplo. Así la reincorporación será paulatina. Los primeros días pueden ser complicados y así estará más próximo el fin de semana y se hará más leve el reajuste.
- Levántate con tiempo para prepararte y no tener que despedirte con prisa de tu bebé.
- Prepara un kit con todo lo que necesitarás llevar a diario: sacaleches, un envase para guardar la leche extraída, una bolsa aislante y, si no hay refrigerador en tu trabajo, unas bolsas de hielo.
- Lleva algún protector extra para tus senos. Si sientes un cosquilleo en la zona, como si la leche fuera a salir, y no está preparada para extraer la leche, puedes detener el goteo presionando los pezones. Cube los senos con tus brazos y presiona firmemente hasta que desaparezca la sensación.
- Siga un esquema en el horario. Normalmente tienes que extraer la leche a media mañana, a la hora del almuerzo y a media tarde para reemplazar las tomas como si estuvieras con el bebé. Si tu horario es más largo, recuerda que tienes que extraer la leche el mismo número de veces que alimentarías al bebé si estuvieras con él.
- No te saltes alguna de las extracciones de leche que has programado. Acuerda esos momentos con tu empleador que ha de permitir que lo hagas todas las veces que sea preciso.
- Cuando estés con tu bebé en los días libres, amamántale cada vez que el bebé muestre señales de hambre. Si durante la semana laboral produces menos leche, puedes aumentar la producción amamantando más a menudo cuando estás con el bebé. Pasa todo el tiempo que puedas cargándolo y disfrutando con él para aumentar de nuevo la producción de leche
- Amamantar a tu bebé después de estar separada de él unas horas le ayudará a reconectar contigo y a relajarse. Aunque también esté usando fórmula, sigue siendo muy importante para vuestra relación que amamante a tu bebé cuando estéis juntos.
- Recuerda que puedes alimentar a tu bebé con biberón, con un vasito o con una jeringa.
- No busques la perfección en este proceso adaptativo y no te desmoralices si un día sale algo mal.