Con la llegada del verano, y con ello las vacaciones, las rutinas cambian. Levantarse y acostarse más tarde, siestas más largas, los niños no van a clase, entre otras, afectan a nuestra higiene del sueño. Una vez vuelve septiembre, volver a recuperar el ritmo se vuelve complicado.
Txomin Navajas, especialista en Neurofisiología Clínica y en la Unidad de Sueño en Hospiten Tenerife y Hospiten Lanzarote, explica que, en principio, para aquellas personas que no tienen problemas de sueño, los días de vacaciones no tienen mayor trascendencia. Sin embargo, para las que tienen trastornos del sueño, en la mayoría de ellas, esta época donde no tienen horarios, no hay estrés del día a día por trabajo, etc., duermen mejor.
El problema viene cuando se depende de un horario y/o de todas las cosas que generen un estrés a nivel cerebral, que hace que las personas que tengan problemas de sueño lo lleven mal.
Los llamados ciclos del sueño constituyen un papel fundamental en el bienestar de las personas. Cada ciclo de sueño es una hora y media y, en función de cada persona, puede desarrollar sus determinadas horas de sueño. “Hay personas que tienen seis horas y no tienen ningún problema, y hay otras que, durmiendo ocho o nueve horas, los ciclos del sueño no los completan del todo, se despiertan o se levantan cansados”, añade.
Los ciclos del sueño se tienen que repetir, mínimo, cinco veces sobre siete horas de sueño, aunque hay personas que duermen menos de esa cantidad de horas y cumplen los criterios normales de los periodos.
Respecto a la siesta, el Dr. Navajas confiesa que se puede hacer o no hacer. En el caso de aquellos que la hacen, hay a quienes le favorece a la rutina debido a que se suman a la cantidad de sueño nocturno. No es frecuente tener un sueño profundo, pero en los que suele darse, el despertar se hace complicado por la sensación de cansancio.
Según asegura el neurofisiólogo, la vigilia del sueño va en relación con los ritmos circadianos, es decir, los ritmos de luz y oscuridad. El sueño va apareciendo cuando llega la oscuridad y el cerebro manda señales de que ya es la hora de dormir. Estos ritmos circadianos pueden cambiar al acostarse tarde y alterar el patron normal de sueño.
Un consejo que recomienda el Dr. Navajas es tener una buena disciplina para saber preservar bien los horarios y generar un buen impulso para retomar las horas de sueño necesarias de cara a la vuelta a la rutina.