¿Sueles despertar con dolor en la mandíbula o cefalea? ¿Sientes rigidez al abrir la boca o has notado que rechinas los dientes por la noche?
Si te identificas con estos síntomas, podrías estar sufriendo bruxismo, un trastorno cada vez más común que, si no se trata a tiempo, y puede afectar seriamente tu bienestar bucal y general.
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es una actividad involuntaria de los músculos de la masticación, generalmente durante el sueño, que puede presentarse en forma de apretamiento o rechinamiento de dientes. Aunque muchas personas no lo saben, esta tensión repetitiva puede tener efectos importantes tanto en los dientes como en las articulaciones y músculos faciales.
Con el tiempo, puede causar:
- Dolor mandibular y cefaleas matutinas.
- Fracturas dentales y desgaste del esmalte.
- Retracción de encías.
- Chasquidos o bloqueos en la articulación temporomandibular (ATM).
- Sensación de oído taponado o incluso empeorar los acúfenos.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del bruxismo se basa principalmente en la valoración clínica, por parte de un profesional especializado. Esto incluye:
- Revisión de la oclusión dental.
- Evaluación de la musculatura masticatoria.
- Análisis del movimiento mandibular.
- Estudio de imágenes (como ortopantomografía o, en algunos casos, resonancia magnética).
Es clave que esta evaluación sea realizada por profesionales capacitados, como un cirujano maxilofacial, que pueda valorar correctamente todos los elementos implicados y ofrecer un enfoque integral.
Un enfoque multidisciplinar para el tratamiento
Como el bruxismo tiene un origen multifactorial, lo ideal es abordarlo desde diferentes frentes. Algunas de las opciones terapéuticas incluyen:
- Control del estrés a través de técnicas de relajación o psicoterapia.
- Férulas de descarga o neuromiorelajantes:son dispositivos personalizados cuya finalidad última es ayudar a relajar la musculatura masticatoria,si bien adicionalmente proporcionan protección contra la fricción o el desgaste a las piezas dentales.
- Corrección de factores anatómicos, como malposición dental o muelas del juicio.
- Terapia farmacológica en algunos casos
Y una opción cada vez más popular y eficaz es la toxina botulínica.
Sí, has leído bien: la toxina botulínica, más conocida por su uso estético, también se utiliza con gran éxito para tratar el bruxismo.
¿En qué consiste? Se aplican pequeñas dosis de toxina botulínica en músculos como el masetero o el temporal, lo que ayuda a reducir la fuerza de contracción muscular, disminuyendo significativamente el dolor y evitando daños en los dientes y articulaciones.
Es un procedimiento rápido, seguro y mínimamente invasivo, que proporciona alivio durante varios meses. Ideal para pacientes que no han tenido resultados satisfactorios con férulas o tratamientos convencionales.
Eso sí: la aplicación debe ser realizada por un profesional cualificado, con conocimiento anatómico y funcional preciso, como un cirujano maxilofacial. De lo contrario, los resultados podrían no ser los esperados.
¿Tienes bruxismo y buscas una solución real?
Si llevas tiempo lidiando con el dolor mandibular, cefaleas o rechinamiento dental, y nada ha funcionado, la toxina botulínica puede ser la alternativa que necesitas. En nuestra clínica, evaluamos tu caso de forma personalizada y te ofrecemos un tratamiento integral, eficaz y con resultados visibles desde las primeras semanas.
📞 Contáctanos y agenda tu valoración. Tu salud bucal y tu descanso lo agradecerán.
Dra. Alicia García López
Cirugía Oral y Maxilofacial