Con el tiempo el envejecimiento cutáneo se manifiesta como resultado de los cambios en la estructura de soporte facial (huesos), los ligamentos, los músculos, el tejido adiposo y la piel.
Estos cambios ocurren a diferentes ritmos. A partir de los 30 años, comienza el envejecimiento de la zona media del rostro. Después de los 40 años, la zona media del rostro va perdiendo proyección, se hunde y parece descender. Y ya, a partir de los 50 años, las estructuras de la zona media de rostro descienden notablemente.
La gravedad puede hacer que la grasa en el rostro se desplace hacia abajo y hacia el centro, lo que provoca que la piel se mueva de su posición original. Este desplazamiento de la grasa a menudo causa hundimientos en las mejillas y una pérdida de definición en los ángulos faciales. Como resultado, se pierde volumen de grasa en las partes media y lateral de las mejillas.
Es aquí donde la medicina estética regenerativa ofrece, gracias a sus avances, una solución para mejorar la textura, la elasticidad, la hidratación y la apariencia de la piel: la Bioremodelación.
Un nuevo tratamiento inyectable altamente concentrado que ayuda a restaurar los tejidos, promoviendo la regeneración del colágeno y la elastina gracias a su nueva fórmula. Con una reabsorción más lenta y una acción de regeneración más duradera en el tiempo.
Con él conseguimos firmeza, tono y elasticidad de los tejidos. Es un tratamiento innovador y prometedor para la restauración y el reposicionamiento del tejido adiposo. Se regenera el tejido graso subcutáneo por sí mismo, con lo que se recupera una de las estructuras subcutáneas más importantes que da volumen y firmeza a la piel.
Se recomiendan dos sesiones en un intervalo de dos a cuatro meses, seguidas de una sesión cada seis meses de mantenimiento.
También se puede aplicar este producto para la realización de un tratamiento global de rejuvenecimiento facial que actué en todas las capas del rostro. Un abordaje facial completo con el objetivo de regenerar los tejidos.