Hiperhidrosis o sudoración excesiva


¿Qué es? 

La hiperhidrosis se caracteriza por una sudoración desproporcionada respecto a las necesidades de regulación de la temperatura corporal. Es importante resaltar que la hiperhidrosis se debe a una cantidad inadecuada de sudoración y no afecta, en absoluto, a la calidad o propiedades del sudor, como por ejemplo el olor. Esta producción inadecuada de sudor es percibida por la persona que la sufre como desagradable, llegando a convertirse en un factor limitante de sus actividades habituales. 

El sudor se produce por dos tipos de glándulas, las ecrinas y las apocrinas. Las glándulas afectadas en la hiperhidrosis son las ecrinas, que son las responsables de la regulación de la temperatura corporal y se localizan, sobre todo en las axilas, las palmas de las manos y las plantas de los pies. 

Como casi todas las enfermedades, la hiperhidrosis puede ser primaria o secundaria. La secundaria puede ser debida a una enfermedad (hipertiroidismo, diabetes…) o patología preexistente como pueden ser los fenómenos degenerativos del sistema nervioso autonómico, infartos cerebrales u otras lesiones del sistema nervioso (central y periférico), enfermedades malignas, infecciones, síndromes metabólicos… La hiperhidrosis secundaria suele ser generalizada y, ocasionalmente, puede ser debida a algún fármaco o medicamento. 

La hiperhidrosis primaria no está asociada a ninguna otra enfermedad o medicamento, suele estar localizada, como se ha comentado anteriormente, en las axilas, las manos, los pies o en la cabeza o cuero cabelludo y puede afectar a varias regiones simultáneamente. Se ha descrito un componente hereditario, sin embargo, no se ha identificado ninguna mutación específica. Se calcula que la incidencia puede situarse entre el 0.6% o el 2.8%, afecta por igual a hombres y mujeres y los síntomas suelen aparecer antes de los 25 años, pudiendo presentarse de forma constante o en fases o episodios. La hipersudoración, en estos casos, puede estar desencadenada por el calor, la actividad física o el estrés, independientemente de la temperatura ambiental. 

 

¿Cuáles son los síntomas? 

El síntoma principal de la hiperhidrosis es la producción excesiva de sudor localizada en una o varias partes del cuerpo (típicamente, axilas, palmas de las manos o plantas de los pies) que resulta incómoda e, incluso, puede dificultar nuestras actividades de la vida diaria (como manejar piezas pequeñas como tornillos o tuercas o escribir o dibujar en el caso de las manos) o de nuestro trabajo habitual (estrechar la mano de clientes si la región afectada son las manos) o, incluso, en nuestra forma de interactuar con otras personas (evitar llevar determinadas prendas de ropa por miedo a que se noten surcos de sudor en las axilas). El exceso de sudoración puede desencadenarse por situaciones que pudieran considerarse “normales” como el calor o el deporte (aunque hay que recalcar que la cantidad de sudor es excesiva) u otras situaciones como el estrés o los estímulos emocionales. 

Para el diagnóstico de la hiperhidrosis se realiza un examen físico en la consulta, y se analiza en qué medida afecta este problema a la calidad de vida del paciente. 

 

¿Qué tratamientos hay disponibles en Hospiten? 

1.- Toxina botulínica 

2.- Tratamiento quirúrgico 

 

Cada uno de los diferentes tratamientos está más o menos indicado según el área y grado de afectación.  

 

1.- La toxina botulínica.

Se utiliza sobre todo en la hiperhidrosis axilar, aunque también puede utilizarse para tratar otras regiones como la facial, la región inguinal, las palmas de las manos (en esta región puede resultar muy dolorosa) o las plantas de los pies. 

La formulación más extendida se aplica con pequeñas inyecciones subdérmicas. Se trata   de un bloqueo temporal, con efecto durante seis meses aproximadamente.

Este tratamiento se realizaría de forma ambulante en la consulta.

 

2- Tratamiento Quirúrgico.

El tratamiento quirúrgico de la hiperhidrosis consiste en la interrupción de la transmisión de estímulos a nivel de la cadena que comunica los distintos niveles de ganglios simpáticos torácicos entre sí. Esta interrupción se puede realizar a través de diferentes técnicas que van desde la sección (simpaticotomía) y/o extirpación (simpatectomía) de una parte de la cadena simpática y de los ganglios simpáticos seleccionados, a la colocación de un clip que interrumpa la transmisión de estímulos a través de la cadena simpática sin sección de esta. El método más utilizado actualmente es la sección de la cadena, ya que se trata de un método efectivo con menos efectos secundarios que la modalidad de extirpación de parte de la cadena. 

 

 a) ¿En qué consiste? 

La intervención se realiza, tras anestesiar completamente al paciente y realizar una intubación selectiva, accediendo de forma secuencial a cada uno de los hemitórax mediante una técnica mínimamente invasiva (Toracoscópica) a través de pequeñas incisiones en la piel a nivel de la axila. Tras localizar la cadena simpática, se procede a la sección de la misma a uno o varios niveles según la zona o zonas a tratar.  

 

Hiperhidrosis

 b) ¿Qué sucede después de la cirugía? 

Tras la cirugía, lo más habitual es que el paciente se despierte sin ningún tipo de drenaje torácico en una unidad de reanimación postquirúrgica. Deberá, no obstante, realizarse una radiografía de tórax de control para asegurar que no existe aire dentro de la cavidad torácica ya que, si fuera así, según la cantidad del mismo, podría ser necesaria la inserción de un drenaje para extraerlo. 

Si no se identifican complicaciones en la radiografía de tórax, el paciente podría ser dado de alta hospitalaria al cabo de unas horas con analgesia pautada para continuar el seguimiento en las consultas externas. Se trata de un procedimiento no muy doloroso que puede ser tratado con analgésicos de primer nivel como paracetamol. 

Por norma general, los efectos de la intervención son evidentes en las primeras horas aunque, en algunos casos, el paciente puede tardar algo más de 24 horas en sentir los efectos completos de la intervención. 

 

 d) ¿Qué pacientes son los que se benefician de la intervención? 

La hiperhidrosis de las palmas de las manos es la que más se beneficia del tratamiento quirúrgico. Al mismo tiempo, la interrupción quirúrgica de la cadena simpática, también es muy efectiva en el tratamiento de la hipersudoración combinada de palmas y axilas. 

En el caso de la hipersudoración axilar aislada, la sección de la cadena simpática puede resultar menos efectiva y la toxina botulínica puede considerarse como tratamiento inicial de elección (este tratamiento se realizaría de forma ambulante en la consulta) considerando el tratamiento quirúrgico en caso de que la toxina no fuera efectiva o según preferencias del paciente. 

La hiperhidrosis plantar es la que menos se beneficia del tratamiento quirúrgico y, puede empeorar tras el tratamiento quirúrgico de otras zonas como las manos o axilas.

La simpatecotomía no está indicada para el tratamiento de alteraciones de sudoración en relación con las glándulas apocrinas (bromhidrosis o excesivo olor corporal) y tampoco se benefician de ella los pacientes con una hiperhidrosis secundaria. 

 

 

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