Al igual que las arterias coronarias, las arterias carótidas pueden localizar arteriosclerosis, la cual produce acumulación de grasa y colesterol (placa de ateroma) en la pared de la arteria. Con el tiempo, esto produce un estrechamiento de la arteria provocando una disminución del flujo sanguíneo cerebral que puede generar lo que se denomina ictus o accidente cerebrovascular (ACV). Esto puede suceder porque las arterias se estrechan demasiado, porque un pedazo de placa se desprende y ocluye vasos cerebrales más distales y pequeños, o porque un coágulo se forma y ocluye la carótida.
El ACV se produce cuando las neuronas no reciben el oxígeno y la glucosa transportada por la sangre. Estos elementos son esenciales para la sobrevida de las neuronas.
Si la falta de aporte sanguíneo dura más de 3 a 6 horas, el daño puede ser permanente.
La enfermedad cerebrovascular es la tercera causa de muerte en España y causa invalidez a miles de personas anualmente. Además, después de sufrir un ACV, la posibilidad de que una persona presente un nuevo episodio en cinco años es aproximadamente del 25%
La posibilidad de que una persona presente un nuevo episodio en cinco años es aproximadamente del 25%.
Las personas que tienen mayor riesgo de padecerla son:
- Mayores de 50 años.
- Fumadores.
- Diabéticos.
- Personas obesas.
- Hábito sedentario.
- Hipertensos y/o con colesterol elevado.
- Antecedentes familiares de patología vascular.Personas que han sido tratadas con radioterapia en el cuello.
¿Cuáles son los síntomas de la estenosis de arteria carótida?
Muchas veces la enfermedad no presenta síntomas pero sus consecuencias pueden ser letales o dejar a la persona incapacitada, por lo que un diagnóstico precoz es fundamental.
Un accidente isquémico transitorio (AIT) es un episodio temporal de:
- Dificultad para hablar o entender lo que otros dicen.
- Debilidad, hormigueo o parálisis de la cara, brazo o pierna de un lado del cuerpo.
- Pérdida de visión o visión borrosa en uno o en ambos ojos.
- Pérdida del equilibrio y de la coordinación.
Un AIT puede durar minutos o incluso horas. Se trata de una emergencia médica ya que es imposible predecir si va a progresar en un accidente vascular mayor por lo que el tratamiento inmediato puede salvarle la vida o aumentar las posibilidades de una completa recuperación.
¿Cómo se diagnostica la estenosis de arteria carótida?
A parte del examen clínico que orienta al diagnóstico, se pueden utilizar métodos de imagen como la ecografía doppler, la angiorresonancia, la angiotomografía y la angiografía convencional que requiere un cateterismo simple.
Por tanto, la evaluación de los pacientes en riesgo de enfermedad de la arteria carótida y posibles hemorragias se realiza de varias formas:
- El examen físico. Su médico puede ser capaz de evaluar el riesgo de accidente cerebrovascular durante un examen físico de rutina. Si su médico sospecha que puede estar en alto riesgo, se le preguntará si ha experimentado síntomas como entumecimiento o debilidad muscular, disficultades en el habla o en la visión, o incluso mareos. Al escuchar a la arteria carótida a través de un estetoscopio, el médico puede escuchar un sonido que sugiere que la arteria puede ser obstruida.
El examen físico no siempre es exacto, sin embargo, puede ser el comienzo e inducir a la realización de otras pruebas.
- Ultrasonidos. A través de una técnica llamada Ecografía Doppler que crea imágenes utilizando ondas sonoras, el médido puede determinar si hay obstrucción en las arterias que llevan sangre al cerebro. Algunos médicos recomiendan la prueba de ultrasonido para aquellos pacientes que han sido diagnosticados de aterosclerosis o que presentan factores de riesgo para la enfermedad de la arteria carótida. Si lo desea puede realizar un sencillo test que le puede orientar sobre si usted pertenece al grupo de riesgo de sufrir una enfermedad vascular. Este test no ha de ser entendido como definitivo sino que debe ir acompañado por una revisión médica que confirme los resultados.
- Angiografía por Resonancia Magnética (ARM). Esta es una técnica no invasiva de diagnóstico que crea una imagen de las arterias en el cerebro. Una Resonancia magnética (RM) actúa como un escáner utilizando campos magnéticos inofensivos para crear imágenes detalladas de los tejidos del cuerpo y de las arterias del cuello y el cerebro.
Hay una serie de exámenes de diagnóstico que pueden realizarse para determinar si alguien ha tenido un accidente cerebrovascular o está en riesgo de tener uno.
- La Tomografía Computarizada (TC). La TC utiliza rayos X para generar imágenes detalladas del cerebro, que sirve al especialista para confirmar el diagnóstico de accidente cerebrovascular. A través de ella puede distinguirse entre una hemorragia o isquemia cerebral ya que la inyección de contraste permite la evaluación de las arterias cerebrales del cuello y el cerebro.
- La resonancia magnética (MRI). Es una prueba de diagnóstico que puede realizarse para identificar y localizar el stroke así como encontrar la fuente. Es posible que pueda identificar rápidamente el área privada de flujo de sangre suficiente y orientar el tratamiento. Angiografía. Un angiograma o angiografía es una técnica en la que un agente de contraste (tinte) se inyecta en una arteria a través de un tubo (catéter), colocado por un especialista, para resaltar los vasos sanguíneos. Con este examen, el especialista puede señalar la ubicación exacta de la obstrucción o sangrado en el cerebro. La angiografía también se utiliza durante el tratamiento.
¿Cómo se puede tratar la estenosis de arteria carótida?
- Se realiza sin anestesia general, permitiendo mejor control clínico y monitorización del paciente.
- Mayor confort del paciente, menor tiempo de recuperación y menor costo.
- Ausencia de incisión cervical eliminando los riesgos de parálisis de nervios craneales, hematomas e infecciones locales.
- Se puede realizar simultáneamente tratamiento de otras lesiones en otras arterias (ejemplo:vertebrales y coronarias).
- Reducción de morbimortalidad en pacientes de alto riesgo.
Alternativas terapéuticas a los pacientes con lesiones no accesibles por cirugía.
Podemos distinguir diferentes tratamientos dependiendo de las características de la enfermedad arterial y las necesidades del paciente:
A) Técnica tradicional de colocación de stent carotídeo:Incluye la colocación de un flitro, seguido de una dilatación mediante balón para abrir el vaso y finalmente colocar el stent que una vez extendido con otro balón destruirá el coágulo. El filtro actúa como una bolsa de recogida de los materiales desprendidos y que una vez finalizada la intervención será retirada.
B) Colocación de stent carotídeo (Técnica del Prof. Dr. Maynar)
La mayoría de los equipos realizan este procedimiento con protección cerebral, es decir, colocan un dispositivo (los filtros son los más usados) más allá de la lesión de manera que si se desprenden fragmentos de la placa de ateroma (émbolos) en el momento de la angioplastia y liberación del stent, estos sean capturados por estos filtros evitando que estos fragmentos ocluyan arterias cerebrales mas pequeñas y produzcan déficits neurológicos.
Con la técnica del Prof. Dr. Manuel Maynar Moliner no se utilizan filtros ya que no se dilata la lesión ni antes ni después de la colocación del stent, es decir se libera el stent en el lugar de la lesión y se deja que este se vaya abriendo con el tiempo. Al no dilatar con un balón de angioplastia evitamos que la placa se fragmente y pueda embolizar. Además, el stent atrapa la placa de ateroma entre la pared de la arteria y la prótesis.
Las ventajas de esta técnica son:
- La reducción de pasos (disminución del tiempo operatorio).
- No requiere del ingreso del paciente en la UCI ni la utilización de anestesia logrando el alta del paciente a las 24-48 horas después del tratamiento.
Esta técnica evita las limitaciones de los dispositivos de protección cerebral, simplificando el procedimiento, disminuyendo los costos y reduciendo los riesgos de injuria cerebral por reperfusión que puede ocasionar una apertura súbita de la lesión.
Consiste en tratar arterias carótidas bloqueadas sin cirugía para prevenir así una hemorragia cerebral o accidente cerebrovascular (stroke en anglosajón).
Una hemorragia cerebral o stroke ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva oxígeno y nutrientes al cerebro se rompe o es bloqueada por un coágulo, impidiendo de esta forma que el oxígeno llegue al cerebro. Si se priva de oxígeno al cerebro, las neuronas y tejidos empiezan a morir por falta de nutrientes y oxígeno provocando que las partes del cuerpo controladas por la sección del cerebro afectada sufran parálisis, dificultad para el lenguaje, disminución de habilidades motoras, pérdida de visión o incluso la muerte del paciente.