Hospiten destaca los beneficios de combinar la rinoplastia ultrasónica con la técnica conservadora. Desde el centro se insiste en la importancia de valorar factores como las características anatómicas del paciente y, en especial, el aspecto del dorso nasal antes de someterse a este tipo de intervención.
El doctor Luciano Sgambatti Celis, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Universitario Hospiten Sur, ofrece una comparación clara y cercana para explicar cómo funciona la nariz: “Podemos imaginarla como una casa, con un tejado y una fachada que definen su apariencia externa, pero también con pilares y vigas que garantizan su estabilidad y funcionamiento”.
En la nariz, estas estructuras internas están representadas por el septum nasal y los cornetes, cuya correcta posición y tamaño es fundamental para una buena respiración. “No basta con que la nariz se vea bien por fuera; también debe estar alineada por dentro para funcionar correctamente”, añade el Dr. Sgambatti.
En función de las características anatómicas y las necesidades de cada paciente, el objetivo es mejorar tanto la estética nasal —siempre con la naturalidad como eje central— como su función respiratoria. A partir de esta valoración individualizada, el especialista definirá la técnica más adecuada: una rinoplastia ultrasónica con enfoque conservador o una intervención tradicional.
La rinoplastia ultrasónica se realiza con instrumentos de alta precisión que remodelan el hueso nasal sin dañar los tejidos blandos. Esta técnica reduce la inflamación, los hematomas y el dolor postoperatorio, lo que favorece una recuperación más rápida y resultados naturales.
“La rinoplastia conservadora con técnica ultrasónica es más compleja, pero ofrece mejores resultados si se seleccionan bien los casos. No es una cirugía estándar: requiere conocimiento anatómico y un abordaje personalizado”, destaca el Dr. Sgambatti.
También subraya la importancia de que estas intervenciones las realice un otorrinolaringólogo con formación específica en cirugía estética nasal. “No se trata solo de que la nariz se vea bien, sino de que también funcione correctamente”, afirma.
El Dr. Sgambatti concluye: “Los pacientes que se sometan a una rinoplastia conservadora con técnica ultrasónica comprobarán que se trata de un avance que combina precisión técnica, funcionalidad respiratoria y una estética natural”.
Hospiten reafirma así su compromiso con la mejora continua mediante la incorporación de técnicas innovadoras que optimicen la atención médica. Con procedimientos como la rinoplastia ultrasónica conservadora, la institución ofrece tratamientos más seguros, eficaces y personalizados, consolidándose como referente en calidad asistencial y tecnología sanitaria.