- Considerado el galardón más importante del mundo de investigación cardiovascular
- El Profesor Brugada es el descubridor del Síndrome de Brugada y sigue disfrutando de su profesión entre su puesto de Director Científico de la División Cardiovascular de la Universidad Libre de Bruselas y como jefe de la Unidad de Arritmias de Hospiten Estepona.
05/06/2019. En un acto muy emotivo, el doctor Brugada ha recibido esta mañana, el premio Científico de la Fundación Lefoulon-Delalande, en la Cúpula del Instituto de Francia por su investigación sobre las arritmias cardíacas y el descubrimiento del síndrome que lleva su nombre.
El síndrome de Brugada es una de las causas más comunes de muerte súbita de origen cardíaco y es un defecto genético que causa arritmias inusuales en el corazón, potencialmente letales. Brugada describe el síndrome como un patrón específico en el electrocardiograma en pacientes que han padecido una parada cardíaca y sobrevivieron a ella. En algunos países, la muerte súbita representa la segunda causa de muerte en los jóvenes después de los accidentes de tráfico. En Europa, el síndrome afecta a una de cada mil personas y debido a su causa genética puede afectar a varios miembros de la misma familia.
Según el doctor Brugada: “este galardón supone un gran reconocimiento a la labor de 30 años de investigación en la cual han trabajado muchos colegas míos incluyendo nuestro equipo en Hospiten Estepona. El premio representa un estímulo muy importante en esta fase tan delicada donde ya estamos avanzando hacia la futura corrección genética y curación del síndrome de Brugada".
Aunque tal y como asegura el jefe de Servicio de Cardiología de Hospiten Estepona, Antonio Ramírez: “Este galardón supone un reconocimiento a la trayectoria de toda una vida profesional que no se limita solo a la descripción de un síndrome, sino a la investigación y comprensión global de todo su espectro clínico: bases genéticas, epidemiología, manifestaciones clínicas, relación con otras canalopatías, diagnóstico, estratificación y desarrollo de distintas posibilidades terapéuticas... Muy pocos científicos han aportado tanto al conocimiento de una enfermedad”.
Además, durante el ejercicio de su profesión, el doctor Pedro Brugada ha aplicado algunas de las técnicas más innovadoras y poco invasivas como son la crioablación de venas pulmonares en pacientes con fibrilación auricular, estudios electrofisiológicos, ablación de taquicardias por radiofrecuencia e implantación de dispositivos de resincronización y desfibrilador cardíaco.
Nombrado como la antesala de los “nobel” este premio es todo un reconocimiento que desde Hospiten celebramos y como apostilla nuestro Presidente, Pedro Luis Cobiella: “es un honor tener al doctor Brugada en nuestro cuadro médico, porque representa los valores de excelencia en la investigación. No sólo ha descubierto y descrito el síndrome que lleva su nombre; ha dedicado su vida profesional a perfeccionar técnicas innovadoras y poco invasivas como la crioablación, la ablación de taquicardias por radiofrecuencias y continúa investigando incansablemente, para dar solución o mejorar la vida de los pacientes diagnosticados”.
¿Qué es el síndrome de Brugada?
El síndrome de Brugada es una enfermedad de origen genético. Se produce por la alteración en los genes que dirigen la formación de las proteínas cardiacas que regulan el paso de los iones a través de la membrana celular, conocidas como canales iónicos, es por ello que esta enfermedad se engloba en el grupo de las conocidas como canalopatías. La alteración en el flujo de iones a través de las membranas de las células cardiacas crea alteraciones eléctricas que favorecen la aparición de arritmias, generalmente ventriculares, que pueden provocar síncopes o incluso muerte súbita. Desde su descubrimiento hace décadas se han podido salvar numerosas vidas.
Pedro Brugada empezó a investigar el síndrome en el año 1986, cuando llegó a sus manos el caso de dos hermanos, uno de los cuales había padecido varios paros cardíacos y cuya hermana había fallecido del mismo modo. Por ello, reconoce que en treinta años ha visto crecer la complejidad de mecanismos que pueden causar esta enfermedad.