protección solar

El verano nos invita a disfrutar del sol, la playa y actividades al aire libre. Canarias es la región de España con los índices más altos de radiación ultravioleta. Esto ha provocado que, en los últimos cinco años, las consultas por algún tipo de cáncer de piel hayan aumentado en un 40%.

La exposición excesiva a los rayos solares puede afectar seriamente la salud de nuestra piel. Desde quemaduras hasta envejecimiento prematuro o problemas más graves como el cáncer de piel, es fundamental tomar precauciones para cuidar nuestra dermis en esta temporada.

Es importante seguir una serie de consejos prácticos para mantener tu piel protegida. El diagnóstico precoz sigue siendo clave, por lo que se recomienda las visitas al dermatólogo, al menos una vez al año.

    1. Aplica protector solar diariamente

El uso de protector solar es indispensable y no solo en verano, sino durante todo el año. Hay que escoger uno de amplio espectro que proteja contra rayos UVA y UVB, con un factor de protección mínimo de SPF 50. No olvides aplicarlo cada dos horas y después de nadar o sudar para asegurar su efectividad.

    1. Evita la exposición directa en las horas más intensas

Entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, los rayos solares son más fuertes. Intenta limitar tu tiempo al aire libre o busca sombra durante estas horas para minimizar el daño.

    1. Viste ropa que proteja tu piel

Elige prendas livianas y de colores claros, hechas con telas que bloqueen los rayos UV. Complementa con un sombrero amplio y gafas de sol que filtren el 100% de los rayos ultravioletas.

    1. Protege tus ojos

Tus ojos también necesitan protección. La exposición prolongada y sin protección a los rayos solares puede afectar seriamente a la salud ocular y provocar problemas que van desde molestias temporales hasta enfermedades graves.

    1. Mantén tu piel hidratada

La hidratación es clave para la salud cutánea, tanto bebiendo agua regularmente como aplicando cremas hidratantes que ayuden a reparar la piel después de la exposición al sol.

    1. Evita las camas solares

Las camas solares pueden parecer una forma rápida de broncearse, pero exponen la piel a radiación dañina que incrementa el riesgo de quemaduras y enfermedades cutáneas. Es mejor optar por un bronceado progresivo y protegido.

    1. Cuida tu alimentación

Incluir frutas y verduras ricas en antioxidantes como vitaminas C y E ayuda a proteger la piel desde el interior frente a los daños causados por el sol.

    1. Consulta al dermatólogo regularmente

Si observas cambios en lunares o manchas, nuevas apariciones o lesiones con tendencia a sangrar de forma regular o que causen dolor, no dudes en acudir a un especialista. La detección temprana es vital para un tratamiento efectivo.

Dra. Lucía Pimentel Villasmil. Dermatóloga del Hospital Universitario Hospiten Rambla