Estamos acostumbrados a escuchar que debemos cuidar la salud porque nos pasará la factura en el futuro. Cuidemos nuestra salud hoy, porque más adelante el cuerpo nos delatará y evitará que podamos llevar una vida laboral productiva.
Pero,
¿Y si es al revés?
¿Si ya nuestra salud está evitando nuestro crecimiento profesional hoy?
Piénsalo…
¿A quién le van a dar esa nueva Dirección? A Jorge que se cuida y lleva una buena disciplina de ejercicio regular. O a Juan que tiene a todos con el “Jesús en la boca” pensando que le da el ataque al correr de una puerta a otra para no perder el vuelo en el aeropuerto.
¿A qué proveedor le asignarán ese proyecto? A Claudia que ha mostrado constancia en competir cada año en la media maratón. O a Andrea que cada vez les es más difícil levantarse del sillón de la sala de espera. Es un contrato grande y quien lo gane se gana la confianza casi como de un socio.
En este nuevo mundo de acceso a la información, la diferencia entre uno u otro candidato ya no es necesariamente cuanto sabe de un tema; o que experiencia ha tenido. Es muy probable que haya muchos candidatos con las mismas credenciales. Así que cada vez más este otro tipo de variables están tomando más peso para la toma de decisiones.
7 de cada 10 mexicanos tienen factores de riesgo cardiovascular.
Probabilísticamente, tú que estás leyendo, tienes factores de riesgo cardiovascular. Así que si tomas en serio tu crecimiento profesional, es necesario que empieces a considerar incluir en tus rutinas, un chequeo médico anual.
Los especialistas recomiendan acudir a un chequeo médico cuando se detecten signos de alarma como: palpitaciones, cansancio, la disminución de la capacidad de realizar actividades que requieren esfuerzo, dolor en el pecho, inflamación de los pies. Y sobre todo si cuentas con antecedentes familiares de padecimientos cardiovasculares, hábitos de vida sedentarios, obesidad o tabaquismo.
El Servicio de Cardiología de Hospiten recomienda que los chequeos cardiológicos comiencen a partir de los 40 años.
Es frecuente que los pacientes presenten signos y síntomas días o meses previos, por ejemplo a un infarto, sin darles importancia. La mayoría de los eventos cardiacos NO son súbitos y pueden ser prevenidos a través de la atención oportuna.
Una sencilla visita al médico puede literalmente salvarte la vida, y hacerte ganar ese escalón profesional por el que tanto has estado trabajando.
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