Hablamos de una patología generada por la sobrecarga de los tendones del antebrazo que afecta a muchos golfistas, profesionales o amateurs, y también a personas que no han tocado nunca un palo de golf pero que se dedican a profesiones que requieren realizar muchas actividades repetitivas de carácter manual, como pueden ser carpinteros o repartidores de paquetería, por ejemplo