La tiroidectomía es la resección parcial o total de la glándula tiroides. Gracias al avance tecnológico es una técnica quirúrgica que ha evolucionado notablemente en la última década, con nuevos abordajes desarrollados con el fin de obtener mejores resultados endocrinológicos, oncológicos y estéticos.
Esta glándula con forma de mariposa y ubicada en la parte anterior del cuello, se encarga de gran parte del sistema endocrino y su principal función es producir y secretar hormonas implicadas en el metabolismo, regulando de esta manera muchas de las funciones vitales como los niveles de colesterol, el peso, la temperatura corporal, el ciclo menstrual o la frecuencia cardiaca, entre otros.
¿En qué consiste una tiroidectomía?
Tanto la hemitiroidectomía (resección parcial) como la tiroidectomía total, se realizan bajo anestesia general.
El objetivo de esta intervención es extraer la glándula preservando la función de las glándulas paratiroides, situadas en la cara posterior y en estrecha vinculación con la glándula tiroides, cuya función es regular el metabolismo del calcio y motorizando el trayecto completo del nervio recurrente, responsable del movimiento de las cuerdas vocales.
Existen varios enfoques para la tiroidectomía, entre ellos:
- Tiroidectomía convencional. Este enfoque consiste en realizar una incisión en el centro del cuello para acceder directamente a la glándula tiroides. La mayoría de las personas probablemente sean candidatas para este procedimiento.
- Tiroidectomía transoral. Este enfoque evita una incisión en el cuello mediante una incisión dentro de la boca.
- Tiroidectomía endoscópica Este método utiliza incisiones más pequeñas en el cuello. Los instrumentos quirúrgicos y una pequeña cámara de video se insertan a través de las incisiones. La cámara guía al cirujano durante el procedimiento.
Postoperatorio y cuidados
Es posible que tras la intervención se necesite colocar un drenaje debajo de la incisión del cuello, que generalmente se retirará la mañana siguiente a la cirugía.
Como protocolo postquirúrgico inmediato (primeras 24h.) se lleva a cabo una monitorización intensiva del paciente para controlar de esta manera posibles hemorragias, compresiones de la vía aérea y síntomas relacionados con la hipocalcemia.
En algunos casos se suele experimentar dolor o inflamación de cuello o cambios en la voz o tirantez al tragar, molestias que permanecerán por poco tiempo.
Después de la tiroidectomía el paciente permanece ingresado como mínimo 24h. Tras este tiempo y siempre teniendo en cuenta las circunstancias y complicaciones de cada paciente, se concede el alta hospitalaria.