La litiasis renal infantil (presencia de cálculos en el tracto urinario) es una patología cada vez más común como consecuencia de los cambios ambientales y de alimentación, con la consiguiente problemática de detección y tratamiento.
El diagnóstico precoz permite evitar lesiones estructurales en el riñón o las vías urinarias en edades muy tempranas, aunque la aparición de técnicas quirúrgicas no invasivas, como la endoscópica y la litotricia infantil, han supuesto un importante avance terapéutico.
Hay que tener en cuenta que la manifestación de esta afección varía en función del paciente y su edad, pero habitualmente presenta el cuadro de cólico nefrítico con dolor lumbar irradiado a la fosa ilíaca y a la zona perineal y genital, con trastorno miccional, hematuria, náuseas y vómitos.
En el lactante y niño pequeño, la presencia de un cálculo en el tracto urinario puede provocar síntomas inespecíficos como irritabilidad, llanto, emisión de orina oscura, trastornos gastrointestinales o fiebre consecuencia de la presencia de una infección del tracto urinario.
Por ello, que estas patologías persistan y se puedan repetir a una edad adulta es muy frecuente si no se diagnostican y tratan precozmente las causas.
Las cifras de incidencia y prevalencia de la enfermedad en población infantil son difíciles de obtener debido a lo inespecífico de los síntomas, sobre todo en niños de menor edad, lo que dificulta su diagnóstico. Aun así, los datos recientes alertan del aumento de los casos de litiasis pediátrica en todo el mundo, especialmente en el grupo de adolescentes entre 14-18 años, y que en España provocan uno de cada 5.500 ingresos hospitalarios.
Hay que tener en cuenta que el proceso de desarrollo de los cálculos urinarios implica generalmente la combinación de dos tipos de factores. Endógenos, como alteraciones genéticas, malformaciones genitourinarias o enfermedades metabólicas, y factores ambientales, como las infecciones urinarias, los factores climáticos, los estilos de vida y los factores nutricionales. También influye el patrón alimentario de los niños, que afectan no solo a la incidencia de los cálculos, sino también a su composición y localización.
Para tratarlo es fundamental ponerse en manos de un profesional, quien asegurará una ingesta adecuada de agua y diseñará el tratamiento encaminado a la corrección de esta, de modo que se contrarreste el desequilibrio generado entre los diferentes componentes de la orina.
Para ello, se aconseja un diagnóstico precoz de la litiasis renal a través de una historia clínica detallada, un análisis de orina, una completa evaluación metabólica y una ecografía renal.
Dr. Federico Gentile. Pediatra Hospital Universitario Hospiten Rambla