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Los niños, los más vulnerables frente a la exposición solar en verano

Posted on 20-08-2024

Llega la época estival y con ella una nueva afección sanitaria que llena las consultas de pediatría: las quemadura solares. Especialmente en estos meses de calor, es de gran importancia la educación a la población infantil en hábitos de exposición solar saludable y modificación de actitudes con respecto al sol, el bronceado y la fotoprotección; es por ello que Hospiten ha querido dar algunos consejos para que los más pequeños estén cuidados ante este fenómeno.

Existen factores externos del entorno debido a los cuales los efectos del sol se ven mucho más potenciados. La arena seca en la playa, por ejemplo, puede reflejar hasta un 15 % de radiación ultravioleta (UV), mientras que el agua y la espuma hasta un 25%. Por otro lado, la nubosidad reduce algo la penetración de los rayos solares, especialmente los infrarrojos y luz visible, pero de la misma manera puede tratarse de un serio factor agravante de quemaduras: este fenómeno da lugar a que no se perciba el calor sobre la piel de manera real por lo que nos exponemos más inconscientemente al sol.

 El sol en los más pequeños

La piel de los niños es más sensible a los daños solares que la de los adultos: el estrato córneo es más delgado, el tamaño de los corneocitos es más pequeño y la concentración de melanina es menor. Es por ello por lo que se debe incidir más en su cuidado, sobre todo en los primeros años de vida que es cuando se produce daño por radiación ultravioleta acumulativo y más significativo. Siempre se ha dicho que “la piel tiene memoria” y es que los efectos del sol en nuestra dermis son acumulativos por lo que, si se recibe radiación desde la infancia, sus efectos negativos se pueden ir manifestando de forma paulatina a lo largo de la vida adulta.

“La mejor manera de cuidarlos frente a los efectos solares siempre será el uso continuado de fotoprotectores, especialmente en los meses de verano. Se tata de aquellas sustancias que absorben y filtran la radiación UV. La mayor efectividad se consigue aplicándolos de 15 a 30 minutos antes de la exposición solar y replicándoles cada dos horas en las zonas expuestas al sol, reincidiendo tras actividades físicas intensas o tras inmersión en agua, ya que estos lo eliminan de la piel. Además, si queremos proteger adecuadamente la piel, necesitamos SPF de 30 o superior, siendo el más recomendable el 50+” explica la Dra. Lucía Pimentel Villasmil, dermatóloga del Hospital Universitario Hospiten Rambla

“Como norma general hay que evitar la exposición solar en niños menores de seis meses”, sostiene.

La exposición tiene que ser también indirecta para todos los niños menores de tres años, y se recomienda para ellos cremas que, no solo foto protejan, sino que también, hidraten, protegiendo de esa manera su barrera cutánea de la deshidratación.

Para niños de 3 a 12 años, los fotoprotectores también tienen elementos hidratantes adaptados a su piel, mientras que para adolescentes con piel grasa o tendencia acneica, existen productos en microemulsión muy ligera, con elementos específicos de cuidado de estas pieles: elementos matificantes y absorbentes del sebo y el sudor, así como seborreguladores (sales de zinc).

Otros cuidados

Aparte del uso de fotoprotección, existen otros pilares que ayudan a preservar la salud de la piel:

  1. Minimizar la exposición a las radiaciones solares en las horas de máxima incidencia de radiaciones ultravioletas (12-16 horas).
  2. Uso de prendas de vestir frescas que cubran la mayor superficie de piel posible.
  3. Cubrirse con prendas de vestir protectoras frente a la radiación ultravioleta.
  4. Broncearse gradualmente en lugar de someter a la piel a agresiones bruscas e intensas: un posible factor desencadenante de cáncer de piel en el futuro.

 

La protección contra el sol en este periodo estival no es algo aislado, por lo que hay que tomar medidas antes, durante y después la exposición. Primero de todo, “debemos tener la piel correctamente hidratada y limpia. Hay que evitar el uso de productos que contengan alcohol y perfumes, ya que pueden dar lugar a manchas oscuras en la piel. Tenemos que conocer nuestro tipo de piel y en consecuencia elegir el protector solar adecuado”, apunta la Dra. Pimentel.  

Hay que evitar tomar el sol del mediodía hasta las cuatro de la tarde, teniendo en cuenta que, si bien podemos encontramos a la sombra, el agua y la arena reflejan los rayos solares, por lo que se pueden producir quemaduras también. “Es preciso utilizar protección incluso en días nublados y beber líquido en abundancia para compensar la pérdida que se produce. Debemos aplicar el protector cada dos horas y siempre después del baño”, concluye.