El Servicio de Endocrinología Pediátrica de Hospiten Rambla, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Obesidad este 12 de noviembre, alerta de la alta prevalencia de la obesidad infantil en Canarias y de la relación existente entre esta patología y la falta de sueño.
“La privación del sueño influye en el apetito, pues al sentirse fatigados, los niños tienden a comer más para adquirir más energía. Y está comprobado que, a menor tiempo de descanso nocturno, el niño tiende a ganar más peso. Esto se debe a una confusión de las señales internas, donde el niño compensa la fatiga por no dormir, con una ingesta exagerada”, así lo explica el especialista en Endocrinología Pediátrica de Hospiten Rambla José Manuel Rial, que resalta la importancia de desarrollar buenos hábitos del sueño desde la infancia para que en un futuro puedan tener una vida saludable.
El informe El Estado mundial de la infancia 2019: alimentación y nutrición, de Unicef, recoge que el 35% de los menores entre 8 y 16 años tiene exceso de peso en España y un 14,2% sufre obesidad. Esta cifra está recogida en el estudio Pasos (Actividad física, sedentarismo y obesidad en la juventud española) realizado con la colaboración de la Fundación Gasol. “En Canarias, 35,5% de los niños tienen sobrepeso”, apunta el especialista de Hospiten, Murcia, Ceuta y Melilla están a la cabeza en el ranking de obesidad en España, y tras ellas, se sitúa Canarias.
“Si comparamos estas cifras con un estudio realizado entre los años 1998 y 2000, con población española entre los 2 y los 24 años de edad, el sobrepeso ha aumentado en 9 puntos, un 28%”. Hay varios elementos que propician que en Canarias la tasa de obesidad y sobrepeso sea mayor que en otras comunidades, como el factor geográfico, ya que las zonas costeras, eminentemente turísticas, adoptan hábitos de alimentación menos equilibrados que las zonas rurales, donde se conservan mejor las tradiciones gastronómicas”. Otra de las variables es el nivel socioeconómico y cultural de las familias, porque “en los sitios donde se ha podido analizar el índice de pobreza relativa de los barrios, se observa que, en los más pobres, la obesidad y el sobrepeso se incrementan hasta el 39%”. “El tiempo que los pequeños pasan junto con los padres es también muy importante. Cuanto menos tiempo compartido, más tiende el niño a buscar satisfacción de esa carencia con la comida”, añade el especialista.
En cuanto a la prevención, el grupo hospitalario insiste en la necesidad de que haya una vigilancia estricta incluso antes del nacimiento del bebé, porque “la obesidad materna es un factor predisponente para un alto peso al nacimiento y una obesidad posterior del niño”.
El endocrino pediátrico José Manuel Rial también señala la importancia de aconsejar a los padres en la composición de la alimentación, tratar de influir en su cesta de la compra (más vegetales y menos alimentos industriales) y en realizar actividad física diariamente. Además, subraya el sedentarismo ocasionado por los entretenimientos electrónicos y recomienda limitar las horas que el niño pasa delante de una pantalla.