El embarazo es una etapa emocionante y llena de cambios, pero también es un momento en el que cuidar lo que comes se vuelve más importante que nunca. Algunos alimentos que normalmente serían seguros pueden representar un riesgo para tu salud o la de tu bebé en desarrollo. En este artículo, te compartiremos una lista de alimentos a evitar y los motivos detrás de estas recomendaciones.
Leche cruda y quesos/lácteos no pasteurizados
Durante el embarazo es importante evitar la leche cruda y los quesos/lácteos que no estén elaborados a partir de leche pasteurizada por su posible contenido en listeria. La recomendación es no tomar ningún queso que no esté elaborado con leche pasteurizada. Hay que vigilar sobre todo con algunas variedades de queso, con las que se suele utilizar más la leche cruda, como con quesos blandos (tipo Feta, Brie o Camembert), quesos blancos, quesos frescos (tipo Burgos), quesos azules (casi todos en general) y quesos muy curados (tipo el queso curado de oveja). También aquellos quesos que no puedas comprobar si están pasteurizados, como los de “elaboración propia”. En principio, si los vas a calentar por encima de los 75ºC puedes consumirlos, pero es difícil saber si se van a cocinar a esta temperatura y no consumir la corteza de los quesos.
Especies de pescado con alto contenido en mercurio
El mercurio es un metal pesado, con gran presencia en nuestros océanos y mares, que se acumula dentro de la cadena trófica y que, por lo tanto, afecta sobre todo a especies de pescado de gran tamaño. Las mujeres embarazadas o tengan pensado estarlo, así como aquellas mamas en periodo de lactancia y niños de hasta 10 años, se consideran población vulnerable por la presencia de mercurio y deben evitar el consumo de especies con alto contenido en mercurio: pez espada, atún rojo, tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y lucio.
Esta lista de especies de pescado a evitar no significa que no se pueda comer pescado en el embarazo, pero la recomendación sería tomar un máximo de 2-3 raciones de pescado por semana, priorizando aquellas especies con bajo y medio contenido en mercurio, y procurando variar las especies entre peces blancos y azules. El pescado azul nos aporta nutrientes de interés en estos nueve meses, como el omega-3 o la vitamina D.
Lo que debemos hacer es priorizar el consumo de pescado azul de menor tamaño como es el caso de la caballa, el salmón o las sardinas. Otra recomendación es que el consumo de latas de atún debería de ser ocasional porque se ha visto que es posible encontrar atún rojo etiquetado como atún claro.
Embutidos no sometidos a tratamiento térmico
Cuando hablamos de evitar consumir carne procesada, como embutidos o fiambres que no han sido sometidos a un tratamiento térmico, nos referimos a los productos cárnicos crudos curados como jamón curado (salado, serrano, del país o ibérico); fuet, longaniza, chorizo, salchichón, salami, lomo embuchado, etc. En el embarazo, siempre recomendamos evitar carne cruda (incluye embutido).
Arroz y derivados (bebida y tortitas de arroz)
Sí se puede consumir arroz tranquilamente durante el embarazo, pero es cierto que el arroz contiene una cantidad moderada en arsénico (metal pesado). En este sentido, con el arsénico del arroz hay que tener en cuenta una serie de medidas de precaución para reducir su contenido, como lavar muy bien el arroz, ponerlo en remojo unas horas antes de su consumo o evitar el consumo del agua en que se ha cocido el arroz. Además de estas medidas de precaución, aún se está estudiando si el consumo de bebida vegetal de arroz de forma habitual durante la gestación, o de tortitas de arroz, puede tener riesgos, por lo que es recomendable no abusar ni tomarlos a diario. Si quieres tomar una bebida vegetal durante tu embarazo en vez de leche de vaca, por el motivo que sea, escoge otra que no sea la bebida de arroz.
Carne cruda, pescado crudo, huevo crudo y marisco crudo
Durante todo el embarazo es muy importante evitar todos estos alimentos crudos y también productos elaborados a partir de estos, como mayonesa casera, boquerones en vinagre, anchoas, “sushi”, "sashimi", "ceviche", “carpaccio”, “tártar”... Tanto si vas a comer fuera en un restaurante como en casa, evita tomar salsas como la mayonesa o el “alioli” porque la gran mayoría de las veces están elaboradas con huevo crudo, y decántate siempre por la carne bien hecha en vez de “al punto”. Evita también el huevo frito, porque siempre lo dejamos mucho más crudo, a diferencia de una tortilla o un huevo duro, que los hacemos bien cocidos en el centro del alimento. Hay que tener mucho cuidado con aquellos subproductos que pueden llevar huevo crudo, como la mayonesa o algunas salsas caseras, mousses, merengues, “ponches” de huevo y pasteles caseros o postres lácteos caseros, como tiramisú, flanes o natillas caseras, que pueden estar hechos con huevo no pasteurizado.
En cuanto al pescado crudo y el anisakis, como medida de prevención te recomiendamos comprar el pescado limpio y sin las vísceras, o bien retirarlas lo antes posible en casa. Cuando el pescado se consuma crudo, hay que congelarlo durante al menos 7 días a una temperatura de -20ºC o bien cocinar el pescado fresco hasta 60-70ºC durante un mínimo de 10 minutos.
Por lo tanto, además del pescado crudo, hay que evitar ahumados, en escabeche o marinados, porque también son crudos, siempre que no hayan sido bien cocinados o congelados al menos 7 días a -20ºC.
Resto de alimentos
Naturalmente que hay que evitar en todas sus formas las bebidas alcohólicas, mientras que el consumo de cafeína debe ser moderado sin sobrepasar las dos tazas pequeñas de café diarias. Hay que hacer un recordatorio sobre las algas, las nueces de Brasil, las vísceras, hígados y patés, así como los alimentos que hayan sido elaborados con técnicas de ahumado. Por último, especial atención sobre las carnes de caza, vegetales crudos sin desinfectar y plantas y suplementos de herbolarios sin revisión previa de un profesional sanitario.
Una dieta equilibrada y segura durante el embarazo es fundamental para el bienestar de la madre y el desarrollo del bebé. Consulta siempre a tu médico o nutricionista si tienes dudas sobre qué alimentos evitar. Con un poco de planificación y atención, puedes disfrutar de esta etapa al máximo mientras cuidas tu salud y la de tu bebé.