La prevención es la clave en el tratamiento con éxito de las enfermedades que afectan a la próstata. Así lo afirma el especialista en Urología, Andrología y Unidad del Suelo Pélvico de Hospiten, Guillermo Conde, en el marco de la celebración del Día Internacional del Hombre, que se entrelaza con el movimiento Movember, un evento mundial que se desarrolla durante el mes de noviembre con el objetivo de crear conciencia sobre la salud masculina.
“El cáncer de próstata no genera síntomas en su etapa inicial, por lo que la prevención permite hacer un diagnóstico precoz en la fase de enfermedad curable, cuando el cáncer está localizado en el interior de la glándula prostática”, argumenta sobre la importancia de detectar de forma precoz cualquier anomalía.
Las enfermedades de la glándula prostática más frecuentes son el crecimiento benigno de la próstata y el cáncer de próstata. Aunque a veces el cáncer de próstata puede coexistir con el crecimiento benigno, son dos enfermedades totalmente diferentes que no se relacionan entre sí.
El crecimiento benigno de la glándula prostática es la enfermedad prostática más frecuente y afecta a más de la mitad de los varones mayores de 60 años. El cáncer de próstata es el más frecuente en varones y el segundo más diagnosticado en nuestro entorno (tras el de colon), con una estimación de 35.126 nuevos casos en España en 2020.
La próstata es una glándula que está presente solo en los hombres y tiene una función reproductiva, produciendo la mayor parte del fluido seminal. La próstata normal tiene la forma y el tamaño aproximado de una nuez y está situada justo a la salida de la vejiga.
Síntomas y tratamiento
Según el doctor Guillermo Conde “a grandes rasgos la cirugía o la radioterapia son las dos alternativas que han demostrado capacidad de curación de la enfermedad”.
Los síntomas más frecuentes del crecimiento benigno de la próstata son despertarse y levantarse frecuentemente durante la noche para orinar, dificultad para comenzar a orinar o para mantener la micción, chorro de orina débil, con poca fuerza o entrecortado durante la micción, sensación de no poder vaciar totalmente la vejiga y necesidad de orinar con bastante frecuencia, incluso de forma imperiosa asociado a pérdidas de orina antes de poder llegar al baño.
En este sentido, Conde afirma que los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata irán empeorando progresivamente si no se tratan, pudiendo causar problemas de salud importantes al paciente. Esto incluye sangrados urinarios, incontinencia, infecciones, litiasis vesicales e incluso retención de orina e insuficiencia renal.
“El tratamiento del crecimiento benigno de la próstata se realiza de forma escalonada. Recomendando el tratamiento farmacológico en las etapas iniciales y posteriormente la cirugía, cuando los síntomas son muy severos. Las alternativas quirúrgicas mínimamente invasivas permiten una recuperación precoz del paciente sin las temidas secuelas como la incontinencia o la impotencia. En este sentido, la cirugía con láser holmium (HoLEP) es una de las técnicas más eficaces para este tratamiento, ya que permite una operación de gran precisión con un tiempo de recuperación muy reducido. También es la más versátil pudiendo tratar pacientes con próstatas de diferentes tamaños”, explica.
El Servicio de Urología de Hospiten insiste en la importancia de realizar la revisión periódica del varón, como una de las acciones más importantes para promover su salud.
Con 50 años de experiencia, Hospiten cuenta con veinte centros médico-hospitalarios privados en España, República Dominicana, México, Jamaica y Panamá. Está presidido por el Dr. Pedro Luis Cobiella y atiende anualmente a más de 1.900.000 pacientes de todo el mundo.