Hospiten recuerda el peligro del alcoholismo, una enfermedad que genera graves problemas como deterioro en la salud física, mental, familiar y social de la persona que la padece. La psicóloga de Hospiten Roca, Silvia Morales, advierte que el abuso de bebidas alcohólicas está aceptado socialmente y el consumo ocasional puede derivar en la adicción, un problema difícil de identificar.
Según el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), las sustancias que se empiezan a consumir a una edad más temprana son el alcohol y el tabaco, seguidos del cannabis. Asimismo, a pesar de que los botellones han disminuido con respecto al pasado, el consumo en atracón o binge drinking es ahora más frecuente en nuestro país.
El alcoholismo es una enfermedad caracterizada por la dependencia a la ingesta de bebidas alcohólicas y esto, a su vez, genera deterioro en la salud del paciente. Además, los expertos advierten de que se trata de una conducta normalizada socialmente y que el paso de un consumo ocasional o social a una adicción es un proceso lento del que no siempre se es consciente.
El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en nuestro país. Entre los 15 y los 64 años, el 76,4% ha consumido alcohol en los últimos 12 meses y el 64,5% en los últimos 30 días y el 9,0% diariamente en los últimos 30 días. En relación a los consumos intensivos, el 16,7% de los españoles de 15 a 64 años dice haberse emborrachado en el último año y el 6,4% refiere haberse emborrachado en el último mes (6,8% en 2020).
Las borracheras se dan, sobre todo, entre los jóvenes adultos de 15 a 34 años. En esta franja de edad el 35,4% de los hombres y el 24,1% de las mujeres dicen haberse emborrachado alguna vez en los últimos 12 meses.
Identificación del alcoholismo
Las señales de alerta que pueden advertir de un inicio de dependencia son, en primer lugar, el consumo excesivo o el deseo constante de consumir. Las personas que desarrollan una dependencia al alcohol lo consumen en cualquier evento social o incluso a solas. Asimismo, la ingesta aumenta progresivamente junto con la tolerancia a la sustancia, por lo que el problema se agrava con el paso del tiempo, explica Morales
Además, la imposibilidad de dejar de beber a diario o de forma constante, junto a la ausencia de control del comportamiento también son clave en el diagnóstico.
Las personas que sufren dependencia al alcohol usualmente normalizan o restan importancia a estos comportamientos nocivos que afectan tanto a la misma persona como a su entorno. Por otro lado, también presentan alteraciones en su conducta que se relacionan con la violencia, la agresividad o la hostilidad con el entorno, incluso estando sobrios.
En ocasiones, también es común cambiar de entornos sociales donde la dependencia también es aceptada. Todos estos cambios conducen al paciente a la soledad y el aislamiento social, dificultando aún más la recuperación o el inicio de un proceso de desintoxicación.
Los profesionales de Hospiten recomiendan la consulta profesional para iniciar un tratamiento del alcoholismo. “La recuperación implica tanto la atención médica, como la emocional y psicológica ya que es necesario un entorno seguro y compasivo para aquellos que luchan contra la dependencia”, reivindica la experta.