Hospiten advierte de la importancia de la inmunoterapia para las personas alérgicas, ya que se trata del único tratamiento capaz de modificar el curso natural de la enfermedad alérgica y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
La Dra. Raquel Cabrera, alergóloga de Hospiten Roca, explica que este método, popularmente conocido como vacuna de la alergia, consiste en la creación de tolerancia frente al alérgeno responsable de la enfermedad mediante un proceso de inmunomodulación.
Usualmente, la inmunoterapia se emplea para el tratamiento de rinitis, rinoconjuntivitis y asma alérgica tanto en adultos como en niños. “El funcionamiento de esta terapia consiste en exponer gradualmente al paciente a cantidades pequeñas del alérgeno de manera controlada y segura”, explica la Dra. Cabrera.
Para quienes experimentan síntomas incapacitantes como congestión nasal, picazón en los ojos y dificultad para respirar, la inmunoterapia puede marcar la diferencia al permitirles llevar a cabo actividades diarias con mayor comodidad.
Este enfoque terapéutico se aplica a lo largo de un período de tres a cinco años. Conforme transcurre el tratamiento, el sistema inmunológico se ajusta gradualmente, reduciendo su reacción excesiva frente al polen o los ácaros del polvo. “Esta mejoría se va notando de forma progresiva, mostrando una mejoría de los síntomas, una disminución del consumo de tratamiento sintomático y una mejora significativa en la calidad de vida”, añade la experta.
Por otro lado, la Dra. Raquel Cabrera añade que “la inmunoterapia no solo actúa como un tratamiento presente, sino también como una medida preventiva”. Junto con el tratamiento de los síntomas, en casos como la rinitis, disminuye las posibilidades de desarrollar asma en el futuro y previene el desarrollo de nuevas sensibilidades respiratorias.
Medidas estándar de control ambiental
Además del tratamiento de inmunización alérgica, los expertos insisten en la importancia de las medidas de control ambiental. Estas medidas incluyen la reducción de alérgenos en el hogar, como el polvo, el polen y los ácaros, mediante la limpieza regular.
“En ocasiones los pacientes se centran en las vacunas, pero descuidan el ambiente de sus lugares de descanso”, explica Cabrera. Utilizar fundas antiácaros para colchones, almohadas y edredones puede ser una medida eficaz para reducir la exposición, especialmente durante la noche.
Combinar la inmunoterapia con un entorno doméstico controlado puede maximizar los beneficios del tratamiento y mejorar aún más la calidad de vida de los pacientes alérgicos.
Sobre Hospiten
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