Es una prueba respiratoria que mide la capacidad pulmonar y que nos permite diagnosticar y hacer seguimiento de muchas enfermedades del pulmón y los bronquios.
¿Por qué se realiza?
Se realiza para diagnosticar algunas enfermedades como el asma o la EPOC, así como para el seguimiento de la evolución de muchas enfermedades respiratorias (fibrosis pulmonar, restricción pulmonar, COVID19, etc.).
¿Qué información nos aporta?
La prueba mide la capacidad de nuestro pulmón para coger y soltar aire y nos indica si hay o no algún tipo de limitación de la capacidad pulmón a nivel bronquial o pulmonar.
¿Cómo hay que prepararse? Recomendaciones previas al paciente
Se recomienda venir con ropa cómoda y evitar prendas ajustadas, sobre todo a nivel del tórax. Si está tomando algún tratamiento con inhaladores, en ocasiones es necesario suspenderlos antes de la realización de prueba; en ese caso el personal de neumología se lo hará saber antes de la misma.
¿Cómo se realiza?
Se realiza sentado en una silla, con una pinza que cubra la nariz. El paciente debe hacer una serie de respiraciones fuertes a través de un tubo con filtro desechable, siguiendo las indicaciones del técnico que la realiza.
¿Qué siente el paciente durante el examen?
No se trata de un test doloroso ni invasivo. Se intenta soplar lo más fuerte posible a través del tubo, por lo que puede suponer un cierto esfuerzo.
Algunas personas pueden sentirse algo cansadas o mareadas si hacen mucho esfuerzo, aunque no es frecuente.
Siguiendo las indicaciones del técnico que realiza la prueba con usted, es un test rápido y sencillo que aporta mucha información sobre su estado respiratorio.
Dra. Natalia Betencourth Martín. Neumóloga del Hospital Universitario Hospiten Rambla