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El codo de golfista, ¿tiene solución?

Publicado el 08-04-2022

Hablamos de una patología generada por la sobrecarga de los tendones del antebrazo que afecta a muchos golfistas, profesionales o amateurs, y también a personas que no han tocado nunca un palo de golf pero que se dedican a profesiones que requieren realizar muchas actividades repetitivas de carácter manual, como pueden ser carpinteros o repartidores de paquetería, por ejemplo. 

 

La epicondilitis o codo de golfista es una lesión de los tendones del codo debido a actividades repetitivas en la flexión de muñeca y pronación. Sus síntomas más habituales son dolor en la cara interna del codo y en ocasiones también hormigueo en algunos dedos de la mano. Dependiendo del momento de la detección de la dolencia, puede requerir de intervención quirúrgica, aunque esto solo ocurre en el 30% de los casos. 

“Esta dolencia puede ser incapacitante, el dolor que causa este movimiento repetitivo por la lesión del tendón puede llegar a limitar mucho al trabajador o al deportista en su día a día”, afirma la Dra. María del Mar Villanova, cirujana ortopédica y traumatóloga de Hospiten Estepona. “Movemos los brazos para hacer miles de actividades a lo largo del día y las personas que tienen epicondilitis se dan cuenta porque sienten el dolor en cada uno de esos movimientos”, añade.

 

Estirar, entrenar y evitar el tabaco, claves para prevenir la epicondilitis 

La epicondilitis se puede prevenir, aunque no siempre se sepa cómo si se desconoce la enfermedad. En el caso de los deportistas, el codo de golfista puede prevenirse siguiendo algunas pautas como entrenar y preparar la musculatura de la zona, calentar al inicio y estirar al final del ejercicio, elegir un equipamiento ligero y mantenerse bien hidratado, entre otras. 

“Evidentemente el gesto técnico del golfista se debe corregir, porque lo que no debemos hacer es demasiada flexión de la muñeca a la hora de hacer el swing. En otros trabajos realmente es lo mismo, es muy importante tener mucha corrección postural”, señala la Dra. Villanova. 

Además, la Dra. Villanova hace mucho hincapié en un factor que difícilmente se relacionaría con esta dolencia: el tabaco, que resulta ser uno de los peores factores de riesgo para que aparezca. 

Como curiosidad, estas lesiones que afectan al codo no siempre están relacionadas con debilidades de la musculatura de esa zona. “Por ejemplo, en el caso en concreto del codo de golfista es muy habitual que los pacientes tengan débil el hombro y esto haga que su golpe técnico falle, porque no tienen fuertes los rotadores del hombro y los abductores”, apostilla la Dra. Villanova. 

Así, la doctora recomienda para los entrenamientos de prevención centrarse no solo en el codo sino también en la cadena muscular, ya que evidentemente el codo no va solo, sino acompañado del hombro.

Sin embargo, estos pequeños detalles o consejos, que a priori son muy sencillos y pueden evitar la dolencia, solo los conocen los jugadores cuando consultan al especialista, de ahí que sea tan importante tener conocimiento de la dolencia para evitar lesiones que puedan acabar en un quirófano. 

 

El codo de golfista, ¿tiene solución?

La Dra. María del Mar Villanova recomienda consultar a un especialista en cuanto se dé la aparición de los primeros síntomas. Cuanto antes se detecte, mejor pronóstico tendrá. 

En cuanto a la cura, primero se debe empezar por lo más sencillo, que es aplicar tratamiento farmacológico para disminuir el dolor. Normalmente, esta fase va acompañada de tratamiento fisioterápico mediante punción seca, ondas de choque o electroterapia. Se trata de bajar ese estrés al que se ha visto sometido el área del codo, bien por la práctica deportiva o bien por actividades repetitivas en el entorno profesional. 

“Si esta primera fase no funcionara, -afirma la Dra. Villanova- pasaríamos a hacer infiltraciones, es decir, inyectar una sustancia para intentar mejorar la sintomatología. Puede hacerse con un antiinflamatorio muy potente que se llama glucocorticoides o con las nuevas terapias biológicas, como las aplicaciones de plasma rico en plaquetas, es decir, inyectarle al paciente sus propias plaquetas, de su propia sangre”. 

Los casos de epicondilitis o codo de golfista que requieren de cirugía suponen alrededor del 30% de los pacientes. Llegados a este punto, en Hospiten Estepona se trata siempre de realizar cirugías mínimamente invasivas, para que la recuperación del paciente sea más rápida y pueda volver lo antes posible tanto a su actividad laboral como a su actividad deportiva.

 

Dra. María del Mar Villanova

Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología

Experta en Ecografía Musculoesquelética

Máster en Patología del Hombro