Es conocido el uso del bótox en el terreno de la estética para dar a la piel un aspecto más terso y joven. Sin embargo, la toxina botulínica también se utiliza en otros campos más desconocidos como el maxilofacial, donde puede ser aliado para tratar el bruxismo o el acto de apretar los dientes durante el sueño.
El bótox es un neuromodulador que actúa relajando los músculos. Cuando lo usamos para suavizar arrugas en realidad no está actuando en la piel, sino que relaja el músculo que está por debajo. Al dejar de contraerse, el músculo se estira y, como consecuencia, la piel se alisa. Este es el uso más conocido del bótox o toxina botulínica, y este mismo principio se puede aplicar a la hipertrofia muscular derivada del bruxismo.
¿Qué es el bruxismo y qué consecuencias tiene?
Se trata de una condición muy frecuente que consiste en apretar o rechinar los dientes durante el sueño. Derivado de este sobreesfuerzo, los músculos que intervienen se desarrollan en exceso, llegando a causar contracturas y dolor, además de diversos problemas como desgaste de los dientes, cefaleas, dolor de espalda o incapacidad para abrir la boca y comer con normalidad.
Muchos de los pacientes de bruxismo se pueden beneficiar de infiltración con toxina botulínica en los músculos que intervienen en apretar los dientes (maseteros y/o temporales) para disminuir su fuerza y su volumen y así apretar los dientes con menos fuerza y disminuir el dolor y la tensión muscular.
Llegados a este punto, es importante destacar que, dado que existen múltiples tratamientos para el bruxismo y que el bótox no es la primera opción en todos los pacientes, lo ideal es acudir a un Cirujano Maxilofacial para que nos dé un diagnóstico y nos realice las pruebas de imagen y la planificación del tratamiento que estime más adecuado.
El bruxismo puede derivar en daño a nivel de la articulación temporomandibular, es decir, no es solo un problema muscular, por lo que el tratamiento debe ser global.
Procedimiento
El procedimiento para tratar el bruxismo con bótox consiste en la infiltración muscular de la toxina en los músculos seleccionados. Se realiza con una aguja de un calibre muy fino para que la molestia del pinchazo sea mínima. Es una técnica sencilla en manos de personal cualificado que se realiza en consulta con una duración de pocos minutos sin ningún tipo de periodo de recuperación, es decir, el paciente puede regresar a sus ocupaciones habituales justo tras el procedimiento.
Beneficios del bótox para tratar el bruxismo
Las ventajas de utilizar esta toxina para aliviar los síntomas del bruxismo son de varios tipos:
- Disminución del volumen y la fuerza muscular.
- Disminución de la intensidad del bruxismo.
- Mejoría del dolor muscular y los dolores de cabeza.
- Mejoría estética. Como consecuencia de este adelgazamiento muscular, se afila el contorno de la mandíbula y se suavizan las caras cuadradas debido a músculos hiperdesarrollados.
Desventajas
Como casi cualquier tratamiento, el proceso de aplicación de bótox para aliviar el bruxismo tiene también algunas desventajas:
- Corta duración: es un tratamiento que hay que repetir de manera constante cada 3-6 meses para mantener su efecto en el tiempo.
-No todos los pacientes pueden ser candidatos. Como hemos dicho antes, es fundamental un correcto diagnóstico por parte de un cirujano maxilofacial.
Dra. Patricia López, Cirujana Maxilofacial y Especialista en Estética Facial en Hospiten Estepona