La ecografía musculoesquelética se ha impuesto a lo largo de los últimos 20 años como una prueba de imagen eficaz, dinámica y no invasiva, a la vez que ha seguido siendo poco costosa. La posibilidad de guiar los actos intervencionistas constituye una de sus principales ventajas.
Gracias al guiado ecográfico, las punciones, drenajes e infiltraciones, tanto si son peritendinosas como intrasinoviales o perineurales, se realizan con más precisión y eficiencia, y en la mayoría de los casos, de forma menos dolorosa y mejor tolerada por los pacientes.
Además son más seguras, pues el seguimiento de la aguja en tiempo real, permite al traumatólogo evitar las estructuras nobles como los vasos y los nervios. El tiempo que transcurre entre el diagnóstico por imagen ecográfica y el tratamiento inicial mediante infiltración ecoguiada es corto, constituyendo la inmediatez otra ventaja asociada a dicha técnica.
De manera general y muy simple, se puede decir que siempre que sea posible realizar la punción mediante ecografía, será mucho más preciso y ventajoso hacerlo con este control directo.
Los principales procedimientos e indicaciones que pueden realizarse guiados por ecografía son los siguientes: anestesia regional o troncular, biopsias percutáneas con agujas gruesas, punción aspiración con aguja fina (PAAF), artrocentesis diagnósticas y/o terapéuticas, drenajes de colecciones (hematomas, abscesos, quistes), tratamiento de neuromas, tratamiento de gangliones o quistes sinoviales, infiltración de las bursitis, infiltraciones y tratamiento de la fascitis plantar, la fibrosis plantar, las epicondilitis, tratamiento de las tendinopatías fundamentalmente tendinitis, punción-lavado de calcificaciones intratendinosas en la tendinopatía calcificante, identificaciones vasculares, extracción de cuerpos extraños y cirugía guiada por ecografía (cirugía ultramínimamente invasiva).