¿Qué hacer en caso de ingerir cáusticos o tóxicos?

¿Qué son los cáusticos?


Productos cáusticos son aquellas sustancias que tienen capacidad para producir quemaduras químicas en contacto con nuestro organismo. La lejía, el amoniaco, la sosa cáustica (empleada en detergentes desatascadores químicos), las sales sódicas (como lavavajillas o detergentes) y los ácidos sulfúrico (agua fuerte) y clorhídrico (empleados como limpia metales y limpia WC).


¿Qué son los tóxicos?


Las intoxicaciones más frecuentes en la infancia son las producidas por los medicamentos existentes en el hogar.


¿Qué síntomas nos pueden hacer sospechar de la ingesta de cáusticos o tóxicos?


Tras la ingesta de cáusticos, lo más característico es la dificultad o imposibilidad para deglutir lo que produce salivación intensa, babeo continuo, dolor de garganta o pecho al tragar, llanto, agitación e irritabilidad. Puede afectarse la boca, con hinchazón y dolor en labios, lengua y paladar, y la laringe desencadenando una respiración dificultosa y ruidosa.
El dolor torácico o abdominal junto con vómitos que pueden ser con sangre, febrícula y mal estado general serían indicadores de gravedad.

Debemos sospechar una intoxicación en casos de somnolencia, convulsiones, dificultad respiratoria, alteraciones de la marcha, vómitos… sin otra enfermedad que lo justifique. Hay que tener en cuenta que según el tóxico ingerido los síntomas pueden ser muy variados.

 

¿Qué debo hacer en casa?


El mejor tipo de tratamiento de este tipo de accidentes es su prevención. Para ello asegúrese que todos los medicamentos y los productos de limpieza de su hogar se encuentran fuera del alcance de los niños. No obstante, si su hijo ingiriera algún tipo de sustancia tóxica o cáustica tiene que actuar inmediatamente: 


Si la sustancia ingerida es un cáustico: Nunca provocar el vómito. La administración de agua o leche en pequeña cantidad (no gran cantidad para no provocar vómitos) puede ayudar a diluir el producto.


El vómito no se inducirá en los siguientes casos: disminución del nivel de conciencia (somnolencia); enfermedad neurológica previa del niño; y en ingesta de derivados del petróleo (gasolina, gasoil, etc), caústicos o cianuro.