El manguito rotador es una unidad funcional que se inserta en la cabeza del húmero en forma de corona y está contituida por los tendones de los músculos originados en las escápulas.
Actúan como estabilizadores articulares, ademas, "fijan" la cabeza del húmero en determinados movimientos para permitir la acción de otros músculos como el deltoides y son también responsables directos de algunos movimientos del hombro.
Las lesiones quirúrgicas del manguito rotador se dividen fundamentalmente en tres grupos.
Los tendones sufren procesos inflamatorios que van cronificando con los años y se van perdiendo fibras hasta que finalmente los tendones sufren "desgarros" o "roturas". Son pacientes habitualmente por encima de los 40 años.
Deportistas que repiten esfuerzos continuos con los brazos por encima de la cabeza, movimientos de "lanzamiento". Por el mismo motivo, determinados trabajadores como pintores, conductores o albañiles. También por el uso continuado de muletas.
Caídas con el brazo en extensión, grandes esfuerzos...
Los síntomas habituales de las roturas del manguito rotador son dolor, de predominio nocturno, incapacidad para realizar algunos movimientos, disminución de la fuerza y "crepitantes" o ruidos en el hombro al mover el brazo.
Cuando los desgarros tendinosos son relevantes, el reposo articular, el tratamiento con antiinflamatorios, las infiltraciones articulares o los largos periodos de rehabilitación suelen ser insuficientes para mitigar los síntomas.
La reparación artroscópica de estas roturas, consiste en llevar de nuevo los tendones a sus puntos de inserción y anclarlos al hueso con dispositivos diseñados a tal efecto, devolviendo así al hombro gran parte de la función perdida y mitigando el dolor.